Shanghái. La exactitud de la información oficial sobre el Producto Interno Bruto (PIB) y las tasas de crecimiento de China ha sido tema de acalorada discusión durante mucho tiempo, y la detención en enero pasado de Wang Baoan, el director de la Oficina Nacional de Estadísticas del país, por cargos de corrupción, intensificó las dudas sobre la probidad de la agencia.
Sin embargo, de alguna manera, las estadísticas oficiales de inversión de la China se escaparon, en gran medida, de ser parte de dicha discusión.
De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas de China (ONE), la formación de capital fijo (el aumento neto en activos fijos) durante los últimos años, en promedio, se ha situado aproximadamente en el 46% del PIB.
Esta cifra es mucho más alta que el promedio mundial que está en alrededor del 22%; sin embargo, también es significativamente más baja que el promedio de las cifras proporcionadas por las provincias de China.
En el 2012, casi la mitad de las provincias reportaron tasas del PIB representativas de la formación de capital de más del 60%; y seis superaron el 80%.
Uno supondría que las cifras nacionales de formación de capital se basan en informes locales; entre otras cosas porque, hasta la instauración de reformas recientes, la ONE no recopilaba datos de forma independiente. Además, las cifras básicas de inversión de la ONE – es decir, las inversiones totales en activos fijos, cifras de la cuales derivan las tasas de formación de capital fijo– reflejan el total de las cifras provinciales.
La ONE se ha negado a indicar cómo calcula la formación total de capital fijo. Dada la importancia de esta información para evaluar la precisión de los resultados, mi persona, junto con Tian Zhu, de la Escuela de Negocios Internacional Chino Europea (CEIBS, por sus siglas en inglés), y un estudiante de doctorado, Liu Fang, decidimos investigar.
Nuestros hallazgos no inspiran confianza.
Desde el 2004 más o menos, la inversión total en activos fijos informada por la ONE ha sido consistentemente mucho más alta que la formación bruta de capital fijo (que constituye aproximadamente el 98% de la formación de capital total). Hasta el 2013, la inversión total en activos fijos dio cuenta de más del 76% del PIB de China, mientras que la formación bruta de capital fijo representó solo el 46%.
Tal discrepancia posiblemente podría ser explicada por el aumento de los precios reales (ajustados a la inflación) de los terrenos. Sin embargo, la compra de terrenos ha llegado a representar menos del 15% de la tasa oficial de formación de capital fijo de China –o alrededor del 10% de la inversión total en activos fijos– desde el 2004. Esto no es suficiente para explicar un impacto tan grande.
Además, la discrepancia no siempre aparece. De hecho, los datos a nivel provincial muestran que la formación de capital fijo está estrechamente alineada con la inversión total en activos fijos. Y, la formación bruta de capital fijo que nosotros calculamos mediante el uso de las propias cifras de la ONE y el método explicado en un manual de la ONE difundido públicamente también se alinea estrechamente con la inversión total en activos fijos, haciendo que dicha cifra sea mucho más elevada que las cifras de formación de capital fijo de la ONE.
A menos que la ONE explique al público los detalles de sus métodos de contabilidad y de ajuste, puede que nunca sepamos a ciencia cierta las razones para estas discrepancias. Pero podemos hacer algunas conjeturas profesionales.
El cálculo de la cifra de formación de capital realizado por mi equipo para el 2012 es 64% más alto que la cifra oficial de la ONE. Este resultado, junto con las mismas cifras para el gasto de consumo final y para las exportaciones netas que utiliza la ONE (pero calculadas de forma independiente), dan como resultado un total del PIB basado en el gasto que es 32% superior a la cifra basada en la producción publicada por la ONE.
Debido a que la ONE considera que el abordaje basado en la producción es más exacto en el caso de China, parece probable que el PIB calculado según el gasto no se calcule de manera independiente, y que en lugar de ello se utilice el PIB según la producción como referencia.
De hecho, las cifras oficiales para la formación de capital fijo también se pueden producir con ajustes simples, dirigidos a conseguir acercarse lo más posible al PIB según la producción menos el gasto en consumo y menos las exportaciones netas.
De lo contrario, la ONE tendría que aumentar su PIB según el gasto, llevándolo a un nivel mucho más alto que el PIB según la producción. Por supuesto, si este es el caso, una subestimación de la tasa de consumo, que probable suceda, produciría una tasa exagerada de formación de capital fijo en el PIB de la China.
Como si eso no produjera suficiente incertidumbre, existe también la interrogante sobre cuán exactas son las cifras fundamentales de inversión en activos fijos que utiliza China. Los gobiernos locales durante mucho tiempo han sido acusados de inflar estas cifras, como por ejemplo mediante la inclusión en estas del gasto previsto. Pero incluso si eso estuviese sucediendo, no explica cómo el total podría continuar elevándose durante más de una década. Y, no hay ninguna razón clara por la que los gobiernos locales de repente empiecen a mentir en el 2004, puesto que ya existía un gran aliciente para proporcionar las cifras más altas posibles antes de ese año.
No podemos saber qué ajustes se han hecho a las cifras de inversión total en activos fijos. Lo que está claro, sin embargo, es que ellos han hecho que sea cada vez más difícil evaluar la formación bruta de capital fijo.
Para producir cifras precisas, China tendrá que modificar o incluso abandonar el sistema actual, que se basa en informes de los gobiernos locales, y deberá adoptar un sistema independiente de encuestas y de contabilidad para medir la inversión en activos fijos.
China ha construido una de las economías más grandes e influyentes del mundo. Si se considera el impacto de largo alcance que la evolución económica de este país tiene, es vital que el país proporcione datos precisos. Y eso va a requerir de una contabilidad más transparente e imparcial, basada en encuestas y cálculos independientes. Solamente en ese momento vamos a poder saber qué es lo que en realidad está pasando en China.