500.000 empleos directos e indirectos; una recuperación de un 4% del Índice Mensual de Actividad Económica Agropecuaria (Imagro), a febrero y una participación de un 27% de las exportaciones nacionales para el I trimestre del año.
Las cifras son contundentes, nuestro aporte al desarrollo económico es indiscutible.
Por años nos hemos mantenido como uno de los sectores más importantes para el país y que es parte de la cultura costarricense, a pesar de los intentos de minimizar al sector agropecuario.
Hoy, celebrando el Día del Agricultor Nacional, invitamos una vez más a los ciudadanos, autoridades y productores a reflexionar sobre el panorama que enfrentamos y sobre el apoyo que requerimos para mantener nuestra competitividad.
Mercado cambiante
En una época en la que nos enfrentamos a consumidores cada vez más exigentes, a competidores internacionales con mejores condiciones y a herramientas tecnológicas que cambian la forma de hacer las cosas, los agricultores de hoy, hemos tenido que luchar por adaptarnos a los cambios.
Y la experiencia ha sido positiva, pero parece que paralelamente a los cambios, las políticas nacionales no nos van acompañando en este proceso de evolución.
Lo vimos con la oposición que enfrentamos para terminar con una parálisis de 12 años en cuanto al registro de agroquímicos y que nos impedía reemplazar productos obsoletos por nuevas tecnologías.
Lo vemos con negociaciones comerciales a medias que nos llevan a la urgente necesidad de que el Gobierno haga una adecuada administración e implementación de los tratados comerciales que se han firmado para lograr un verdadero acceso de nuestros productos a esos mercados y en las condiciones negociadas.
Lo vemos con precios de combustibles notablemente altos comparados con la región, que nos hacen pagar un 26% más que el resto de los países centroamericanos.
Y lo vemos también con una deuda en infraestructura (vial, portuaria, aeroportuaria, hídrica y acopio, entre otros) que nos impide ser más competitivos.
Aporte al país
A pesar de todos estos obstáculos, el sector agropecuario costarricense paga el salario mínimo más alto de Latinoamérica.
Quisiéramos pagar mucho más, pero los altos costos de producción no nos lo permiten.
Nos sentimos orgullosos de emplear al 73% de los costarricenses que viven en zonas rurales, de llevar cada día a las mesas de miles de costarricenses sus tres tiempos de comidas y de manifestar nuestros puntos de visto como sector en cuanto a temas y políticas que nos afecten.
Aunque necesitamos mucho más impulso de las autoridades, no podemos dejar de mencionar el apoyo brindado por el Ministro de Agricultura, el Ing. Luis Felipe Arauz, en el proceso de publicación de los reglamentos que regulan el registro de agroquímicos, los cuales nos brindan herramientas de calidad que benefician la seguridad de los aplicadores en el campo, de los consumidores finales (gracias al periodo de carencia) y, por supuesto, al medio ambiente.
Son muchos los desafíos que tenemos por delante, pero aun así el sector se mantiene unido y luchando por proteger su integridad. Porque hemos sido un motor fundamental en la economía costarricense y lo seguiremos siendo, a pesar de todo.
Desde la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria, extendemos nuestra más sincera felicitación a cada uno de nuestros productores costarricenses del sector agrícola.