La tarea que ha emprendido El Financiero al identificar a un reducido grupo de líderes empresarios es compleja, y difícilmente deja a todos los lectores satisfechos. Atinadamente, el equipo de El Financiero utilizó criterios medibles para calificar a los candidatos que son fáciles de entender y comparar. Eso está muy bien pero a mi juicio es insuficiente.
Me gustaría sugerir al equipo de El Financiero que agregue algunos premios o que incluya algunos criterios que reconozcan la labor de quienes en el sector empresarial y en la función pública no solo cumplen con excelencia su labor, pero además trascienden porque lideran estrategias que tienen un impacto sobre lo económico, lo ecológico y lo social. Es decir, sugiero pensar cómo premiar el compromiso con el “triple bottom line” (3BL) para reconocer a quienes en nuestro medio están en la vanguardia porque lideran organizaciones que viven con rigurosidad estratégica este reto.
Esto cumpliría tres objetivos: primero, reconoce un liderazgo más completo que incorpora la cualidades humanas que pueden o no estar reflejadas en un buen desempeño financiero; segundo, contribuye a reconocer buenas prácticas sobre las que el resto de las empresas pueden beneficiarse en conocer e incorporar en forma creativa a su actividad; tercero, inspira a los más jóvenes a emular un modelo de líder más evolucionado e integral.