Combatir la desaceleración económica que nos señalaba el editorial de la edición 1.020 con una política monetaria expansiva es contraproducente. En ese editorial se expresaban dudas sobre la efectividad de la política monetaria; yo quiero ser más contundente y señalar eso: ¡es contraproducente!
A pesar de la creencia de que un banco central está en la capacidad de influir positivamente en la economía, este es un tema que está constantemente en debate, siendo revisado por propios y extraños.
Hace unas cuantas semanas tuve el gusto de presenciar la defensa del trabajo de graduación “Costa Rica: Incidencia de las políticas monetarias en la tasa de desempleo 1988-2009”, donde participé como lector.
En este trabajo los ahora licenciados en Economía Fernanda Muñoz, María Fernanda Vidaurre y Osvaldo Ureña demuestran que una política monetaria expansiva tiene el efecto contrario a lo esperado sobre el desempleo: lo aumenta en lugar de disminuirlo; que ese efecto es marginal: un aumento de 1% en la oferta monetaria aumenta 0,11% el desempleo; y que solo tiene efecto por dos trimestres, luego de este lapso, el desempleo vuelve al nivel original.
En ocasiones anteriores, el mismo Banco Central de Costa Rica (BCCR) ha señalado que no cuenta con los grados de libertad necesarios para influir en el crecimiento económico ni en el desempleo.
La desaceleración que enfrenta Costa Rica tiene tintes de seguridad para la inversión (interna y externa), ¡hay pocas cosas más celosas que un millón de dólares!, se debe trabajar en recobrar la confianza empresarial, no aderezar esa desconfianza con problemas monetarios, con el problema fiscal es suficiente.