Revisando los estados financieros que publica el Banco de Costa Rica (BCR) en su página web, durante el periodo entre diciembre 2008 y diciembre 2014, algo llama la atención.
El capital contable comparado contra su activo total, disminuyó en este periodo, de 12,34% en el 2008, a 9,88% en el 2014, y su pasivo comparado contra su activo total, creció de 87,66% en el 2008 a 90,12% en el 2014. Eso significa que año con año, el crecimiento porcentual de los pasivos fue mayor que el de los activos y que el del patrimonio.
Hay que agregar que ese banco colocó bonos por $500 millones en el mercado internacional y más recientemente recibió un préstamo sindicado internacional por US$125 millones, en ambos casos para “mejorar e incrementar el perfil de liquidez”. Al final del 2014 tuvo pérdidas por diferencial cambiario por ¢1.448 millones.
La suficiencia patrimonial del banco, se afecta negativamente con lo anotado. ¿Qué magnitud tiene ese efecto? Solo el superintendente general de entidades financieras lo sabe, pero no está autorizado para dar ese dato a la luz pública.
El capital base es más débil ahora de lo que era en el 2008, y las ponderaciones de riesgos –operacional, cambiario y de liquidez– son mayores. Y si en una fracción matemática tenemos que el numerador se hace más pequeño y que el denominador se hace más grande, simplemente el resultado de la ecuación es menor, lo cual hace presumir que la suficiencia patrimonial es más débil.
En el 2009, 2012 y, finalmente en 2014, se presentaron incrementos bruscos en los gastos de operación y administrativos y los resultados del periodo anual, no han podido llegar a ser los que fueron en el 2008.
El Banco tiene una debilidad importante porque sus costos fijos –administrativos– son muy grandes y ya sea que se presente o no la productividad, año con año se incrementan en forma automática. Además, los gastos de operación aumentan, sencillamente porque se cree que siendo más grande se es mejor; en esto BCR es vulnerable.
El hecho de que los pasivos tengan un incremento mayor al de los activos y el capital contable, de alguna manera explica el fondeo en el mercado internacional para mejorar el perfil de liquidez. Sin embargo, para un banco privado es más barato que para el BCR captar fondos afuera y, en este, aspecto el BCR también presenta vulnerabilidad.
Algún rumor en el sentido de vender cartera ha surgido como medida para mejorar la liquidez. Pero, si fuera cierto, es equivocado. Lo que se requiere ante un panorama así, es valentía, agallas y mucha responsabilidad.
Eso significa, la necesidad de disminuir la estructura de costos. Pero, en lugar de eso, hemos visto que en principio, con el nuevo nombramiento de gerente Ggeneral, se crearon dos subgerencias adicionales, lo que indica un camino en la dirección a aumentar dicha estructura.
La Junta Directiva consideró que era mejor nombrar nuevo cuerpo gerencial sin hacer concurso público de antecedentes profesionales. Con esa decisión, asume la responsabilidad total de que las cosas tomen otro rumbo.
La realidad es que si no se toman medidas para competir mejor e incrementar los ingresos y por otro lado disminuir los gastos, la fuerza de la inercia operativa seguirá llevando al banco por el camino de la disminución de la suficiencia patrimonial.
Todo lo anterior explica porque el Superintendente ha salido a la luz pública manifestando preocupación por las juntas directivas de los bancos estatales.
Finalmente, para las gerencias de los bancos privados, esta información tiene que ser un deleite, porque planteando las estrategias de negocios adecuadas, podrían quitarle mercado al BCR y crecer a costas de una eventual crisis en esa institución estatal.