No hay marcha atrás, el Foreign Account Compliance Act (Fatca) es una realidad y lo cierto es que al día de hoy, son muy pocas las entidades financieras de nuestra región que están preparadas para cumplir con esta normativa estadounidense. ¿La razón? La mayoría está a la espera de que se aclaren los nublados del día, sobre todo por la posibilidad que dio el Gobierno de EE. UU. de firmar acuerdos intergubernamentales que simplifiquen el proceso de reporte.
Recordemos que esta normativa estadounidense busca obtener información de las cuentas bancarias, operaciones e inversiones que los contribuyentes norteamericanos tengan fuera de sus fronteras; información que será obtenida y enviada directamente al Gobierno estadounidense por todas las entidades financieras del mundo. Previo a esto, cada una de las entidades debería de suscribir un contrato con el Departamento del Tesoro de ese país.
Sin embargo, nada es permanente más que el cambio y estas condiciones de reporte podrían verse alteradas por la posibilidad que dio el Gobierno de los EE. UU. de firmar acuerdos intergubernamentales con los países que así lo requieran. Mediante estos, las entidades financieras del mundo no deberán de suscribir el contrato con el Departamento del Tesoro y, en vez de enviarle la información al Gobierno estadounidense, se la tendrían que facilitar a su propio gobierno, que, a modo de intermediario, enviaría los datos de forma periódica.
Al día de hoy, Costa Rica no ha negociado ni firmado este acuerdo, lo que sí han hecho España, Japón, Suiza, Alemania y el Reino Unido, entre otros.
Atraso peligroso
Muchas entidades financieras han aplazado el proceso de implementación de esta normativa con la esperanza de que se suscriba este acuerdo. Esta posición es sumamente riesgosa, sobre todo porque mantienen en pausa el complicado y necesario proceso de análisis de brechas, en donde se deberá contrastar la situación actual de la entidad financiera con las exigencias del Fatca. Solamente, luego de realizarse esta fase inicial, se podrían diseñar los nuevos procesos y modificar los procedimientos internos y externos de la entidad para proceder con el reporte de información, ya sea a la IRS o al Gobierno tico.
No puede haber orden cuando hay mucha prisa, y quedan muy pocos meses para que finalice el plazo que se dio para estar preparados. El esperar que se defina si Costa Rica suscribirá o no un acuerdo intergubernamental para el Fatca, es un retraso innecesario y peligroso que podría limitar la capacidad de las entidades para realizar sus negocios habituales, sobre todo si consideramos las altísimas multas que trae el incumplimiento.
Indiferentemente de a quién le entreguen la información, las entidades financieras, deberían de realizar el mismo análisis de brecha para poder definir el proceso de implementación y adecuar sus sistemas informáticos.
Aunque la prudencia no previene todos los males, su falta nunca deja de atraerlos. Lo más importante en el cumplimiento del Fatca es asegurarse que nunca los negocios que generan ingresos se verán limitados por situaciones prevenibles y, por lo tanto, es imprudente esperar lo innecesario.