A principios de este año, en una entrevista de radio, dije que el tema nacional de fondo para el 2012 debía ser la gobernabilidad.
Aunque se han dado varios esfuerzos en este campo, que creo rendirán frutos pronto, la verdad es que el avance en el año fue poco.
El Gobierno ha reconocido la ingobernabilidad como un problema fundamental y ha convocado a una junta de notables juristas para que presenten opciones de cambio en el tema.
En las últimas semanas han surgido varios grupos de la sociedad civil con propuestas de visión y cambio nacional, las cuales implican, en muchos casos de manera explícita y prioritaria, procesos para mejorar la gobernabilidad.
¿Por qué existe ingobernabilidad?
La primera respuesta es que en nuestro afán democrático establecimos procesos y reglamentos que le otorgan excesivo poder a grupos de interés y partidos minoritarios que los usan para bloquear todo aquello que perjudique sus intereses particulares, independientemente de que las grandes mayoría quieran algo.
La segunda respuesta a esta interrogante es que ha existido un vacío de liderazgo importante, poca credibilidad y falta de una visión compartida en muchos temas, pues en aquellas áreas en que estas condiciones se han cumplido —por ejemplo, el sector de comercio exterior y atracción de inversiones— el desempeño ha sido excelente.
La tercera respuesta es que los grandes proyectos nacionales tienen muy claro a quién perjudican, pero pocas veces se identifica y forjan alianzas con sus aliados naturales, con quienes serán beneficiados con su ejecución. Falta información y comunicación a los grupos “ganadores”.
Todo esto es corregible. Queda un año clave para el futuro de Costa Rica y el bienestar de un millón de residentes de nuestro país que viven en la pobreza.
Entonces, otra vez: deseo que el 2013 sea el año en el que en Costa Rica recuperamos la gobernabilidad.