Las economías que aspiran a cosechar mayores crecimientos aplican rigurosos esfuerzos para sobresalir de sus competidores, y Costa Rica no debe apartarse de esta ruta si aspiramos a mejorar nuestra competitividad.
Desde junio anterior, el sector productivo costarricense está presentando una leve recuperación de competitividad según el Índice de Tipo de Cambio Efectivo Real Multilateral con Ponderadores Móviles, no obstante, el esfuerzo continúa por alcanzar una gradualidad en la política cambiaria actual más razonable.
Como recordaremos, esta pérdida de competitividad se origina porque la Ley del Banco Central le asigna la responsabilidad de establecer los mecanismos para la fijación del tipo de cambio, procurando lograr una estabilidad externa para poder competir con nuestros principales socios comerciales.
En la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco) hemos sido proactivos en darle seguimiento a este indicador por cuanto desde que se migró de un régimen de minidevaluaciones, que tenía un objetivo claro de mantener un tipo de cambio real neutro en el mediano plazo, el país entró en una apreciación real artificial, no provocada por los fundamentales de la economía, sino por la necesidad de cerrar la brecha fiscal ante la ausencia de un consenso político de lograr una reforma que mejore ingresos y racionalice los gastos gubernamentales.
Dicha apreciación, bajo el régimen de bandas y luego de flotación administrada, se explica por la gran afluencia de dólares del exterior proveniente de un gran premio por invertir en colones respecto a dólares por la presión del fisco para financiar sus faltantes de recursos; así como por el ingreso de $ 4.000 millones de deuda externa, convertida a colones para pagar gastos corrientes del Gobierno Central.
Una de las formas técnicas aceptadas para medir la ganancia o pérdida de competitividad es analizar el comportamiento del Índice de Tipo de Cambio Efectivo Real Multilateral con Ponderadores Móviles, el cual refleja el comportamiento del poder de compra de un extranjero comparando una canasta de bienes costarricenses con la de sus principales socios comerciales, ponderando los precios de cada uno de ellos, según la importancia relativa en el comercio con Costa Rica.
Entre más alto sea este índice, más atractivos o competitivos se vuelven los bienes costarricenses respecto de sus competidores y viceversa.
Si se analiza el comportamiento de este índice, que aparece en la página del Banco Central, se observa que en octubre del 2006 este era de 107,6%, pero por la gran apreciación del colón, se tuvo una pérdida severa de competitividad de más de 30 puntos porcentuales, hasta tocar piso en 77,1 en enero del 2016.
Dicho en otros términos, el costo del ajuste fiscal realizado por un mayor endeudamiento externo que generó una apreciación real del tipo de cambio, le fue trasladado vía menos ingresos en moneda local al sector exportador y turístico del país.
Un aliciente
Conscientes de esta situación y ante la gravedad que países competidores, por diversas razones, empezaron a realizar devaluaciones significativas de sus monedas para abaratar sus exportaciones, Cadexco junto con otras cámaras empresariales, nos unimos para entablar un diálogo respetuoso con diversas autoridades y grupos de interés del país.
Señalamos el peligro de continuar con esta tendencia y el riesgo que tanto compañías locales o extranjeras decidieran dejar el país, con un impacto severo en el empleo en zonas rurales o incluso, en la pérdida de participación de mercado de productores locales al volverse Costa Rica un destino muy caro y facilitar la importación de bienes y servicios de otros países competidores.
Este esfuerzo en parte ha tenido su logro, al poder levantar el Índice a junio de este año a 84,3%, es decir, una recuperación de competitividad de más de siete puntos porcentuales.
Sin embargo, la pérdida real de competitividad sigue siendo significativa, cerca de un 23%, aunque nuestro objetivo es lograr que con una gradualidad razonable, el tipo de cambio regrese a un índice de 100%, el cual es neutro, ni favorece a exportadores ni a importadores.
Labor vigilante
En este contexto, no deja de ser preocupante para el sector exportador y turístico, que de nuevo el Gobierno esté pretendiendo cerrar su problema fiscal, no a través de una reforma permanente y estructural de fondo que aumente ingresos y reduzca gastos, sino financiando el faltante con endeudamiento externo, o bien convenciendo y promoviendo instrumentos y medidas para que extranjeros compren en dólares, títulos de deuda interna.
Estaríamos otra vez, bajo el mismo escenario de una apreciación artificial del colón y pasando el costo del ajuste de nuevo a los exportadores y al turismo, con el agravante que la capacidad de sostenerlo esta vez es más limitada. Ya otros países como Colombia, México, Perú y Brasil, se han hecho más competitivos y ofrecen incentivos para que empresas extranjeras trasladen su producción a estos, con un efecto perjudicial y significativo sobre mano de obra no calificada del sector privado costarricense, siendo varios de estos productos de origen agrícola.
Continuaremos con nuestra campaña de concientización, pues de nada vale desvestir un santo productivo, para cobijar a otro que ha demostrado no generar la productividad necesaria y favorecer un esquema de gastos y pluses que no está en función de la ejecutoria, rendición de cuentas y valor agregado que tanto necesita el país.
Laura Bonilla es la presidenta de la Cámara de Exportadores (Cadexco).