Al ser el 2013 un año de campaña electoral, en el cosmos laboral no se vislumbran bases objetivas para alimentar grandes esperanzas de cambio.
Un conocido del sector sindical, exrector de la Universidad Nacional y anterior presidente ejecutivo del INA, tomó recientemente las riendas del Ministerio de Trabajo.
El nuevo jerarca, don Olman Segura, tiene mucho que hacer pero cuenta con poco tiempo, lo que me hace pensar que tendrá una sostenida labor de contención. De momento, le corresponderá enfrentar la negociación salarial del sector público, lo que nos permitirá valorar sus estrategias de diálogo y concertación social. ¿Será que doña Laura busca cerrar con un sprint de mano dura?
Sin duda que sería interesante que el nuevo Ministro le metiera el diente al enmohecido proyecto de empleo público, el cual, sin haber nacido, ya sufre de somnolencia profunda.
Yo le propongo que fortalezca el desarrollo del Centro de Resolución Alterna de Conflictos Laboral (RAC), un ente especializado en conciliación, y altamente eficiente, cuyo modelo debería estandarizarse en todo el territorio nacional.
Al derrotado proyecto 15.990, la Reforma Procesal Laboral, le diagnostico escasas posibilidades de supervivencia. Después de la infección sufrida con el veto, está en cuidados intensivo en alguna gaveta en Cuesta de Moras.
Sin embargo, como no solo hay que soñar sino también hay que comer, ya veremos cuál menú les ofrecen los diputados al gremio de saloneros ante la presión colectiva para que el 10% de servicio sea eliminado de su remuneración, a pesar de que la Sala Constitucional sostiene la posición contraria. El proyecto N° 18.278 está listo para servirse caliente.
Otra preocupación
La preocupación por continuar generando oportunidades de trabajo decente y de calidad reclama un espacio entre los primeros lugares de la agenda para el 2013: disminuir el desempleo, principalmente el juvenil, es una prioridad, junto a la necesidad de seguir cubriendo la demanda en las áreas de tecnología de punta.
Solo en el 2012 se instalaron en el país 40 nuevos proyectos de inversión, todos dispuestos a contratar personal calificado. Las plazas vacantes exigen la reducción significativa de los índices de deserción escolar, el fortalecimiento de la educación técnica, y el apoyo a las pymes en innovación y competitividad.
La fuga de talento nacional al exterior, cada vez más pronunciada, debería empezar a preocuparnos también ante la escasa regulación normativa.
Como novedad, el INS podría sentir la competencia en la oferta de pólizas de riegos del trabajo, traduciéndose en mayores alternativas al alcance de los patronos.
Finalmente, el 2013 inicia arrastrando temas que siguen en la cola a pesar de su relevancia, me refiero, por ejemplo, a la flexibilización de las jornadas laborales, la regulación del trabajo autónomo, la disminución de la mora judicial, y la atención de lo problemas administrativos y financieros de la CCSS.