Así como José David Guevara, (en su blog La Vida es Sueño, en El Financiero, bajo el título “No voten por Guevara”), yo me siento orgulloso de mi apellido, de mi labor como periodista, pero como ciudadano, debo dar más al país, a la democracia y la buena política, por eso soy candidato libertario a diputado y afirmo: "Sí Voten por Guevara". Le doy varias razones para que si le den el voto a Guevara; es decir, no a José David, sino a Otto Guevara, para que no malgasten el sufragio en los mismos de siempre. Y de paso me den su voto como diputado por San José, no los defraudaré, creo que no se vale solo criticar, democracia ¡es participar!
Primero, Guevara, el Otto, no es oportunista. Siempre aparece “en serio” y no se quita cuando se aproximan las elecciones presidenciales. De verdad luce ofreciendo soluciones nacionales para problemas que si siempre le han importado, como el déficit fiscal, la infraestructura, la inequidad, la inseguridad. Luego, aún cuando pierde las elecciones en nuestro país bi-partidista, el no se pierde. Guevara (Otto) es una especie de caza fantasmas político, por que no afloja, no se rinde en el combate de los mismos de siempre que han convertido a Costa Rica en un botín de “Halloween”, estos si, disfrazados de “gobernantes” para construir “trochas que si dan miedo”, con maquinarias pagadas con dinero público. ¡Y quieren que la fiesta siga cuatro años más!
Segundo, Guevara, el Otto, no es demagogo. No puede ver un micrófono o una cámara para luego denunciar la constante ineficiencia del gobierno en los últimos dieciséis años. Cuando fue diputado (1998-2002) la prensa lo consideró el mejor legislador de ese entonces en todo el período. Hace promesas que sabe poder cumplir en caso de ser elegido Presidente; por cierto, ¡qué bueno si la mayoría de los ciudadanos votan por el! Es que una cosa es hablar por hablar desde la comodidad de la gradería y otra muy distinta bajar al ruedo y torear. Guevara, el Otto, ha bajado a la gradería y ha toreado. Ha elegido algunos diputados, más en cada elección, para frenar “más impuestos”, como han querido los últimos gobiernos y los demás partidos. ¿Y qué tipo de promesas hace? Por ejemplo, ofrece una cantidad aparentemente exorbitante de empleos (500 mil entre 2014 y 2018); mucha gente se sorprende y piensa que es una mentira, como han sido las promesas de más seguridad y tolerancia cero a la corrupción del actual gobierno, y nada han cumplido. Por dicha los “ilusos” (personas que se dejan engañar con facilidad), ya son muy pocos y centenares de miles ya no creemos en los mismos de siempre y apostamos que ya “es la hora del cambio”. Y que con menos burocracia y una economía activa podemos llegar a esa meta de empleos. Se que es muy feo hablar mal de un ministro, pero no puedo evitar decir lo siguiente: ¡Ah Gobierno más cara de barro! Ahora dan la receta de lo que “hay que hacer” pero que no la aplicaron en sus años de administración.
Tercero, Guevara es popular. La gente lo conoce. Ha sido investigado, su casa y oficina allanadas, ha sido perseguido porque se opone a la corrupción y al despilfarro. Y para los que no saben, Otto Guevara no tiene pendiente ningún juicio en ningún tribunal de la República. Como la mayoría de los políticos, asiste a topes, mercados, misa, estadios, barriadas y principalmente a debates, sitio idóneo para cazar votos. Así es la democracia.
Cuarto, Guevara no es histriónico. Pero le gusta expresar con énfasis sus propuestas. En su opinión, la política es el arte de prepararse muy bien para gobernar. Por eso ha escogido gente de primera para acompañarlo en el Gobierno, como D. Thelmo Vargas y Doña Abril Gordienko. Guevara no es solo discurso es acción, y además le gusta escuchar la gente. No es un actor, es un ejecutor de primera línea. Por eso, vote por alguien auténtico, de verdad; vote por Guevara, el Otto. Por Dios, ¡voten por Guevara, el Otto! El país se lo agradecerá.