Uno de los principales problemas que tienen las micro, pequeñas y medianas empresas en el país es que, a pesar del peso que tienen en la economía y su aporte a la generación de empleo y a la productividad nacional, no existen las suficientes herramientas para que puedan pasar a ser empresas de mayor tamaño, es decir que una micro pase a mediana o que una pequeña pueda con el tiempo, convertirse en una gran empresa.
Pensando en este escenario, el pasado 27 de abril, en la semana dedicada a las Pymes costarricenses, el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) y la organización mundial con sede en el país, GS1, firmaron un convenio para iniciar un proceso al que han llamado acelerador de pymes.
La nueva visión empresarial, de fomento a nuevos negocios e impulso a emprendimientos inicia con el concepto de emprendimiento, es decir, la orientación necesaria para que un emprendedor o alguien con una buena idea de negocio pueda crear y formalizar ese proyecto. Para tal fin opera la Red de Apoyo a las pymes, en la que participan una serie de entidades del Estado y organizaciones no gubernamentales en las áreas de financiamiento y asesoría técnica.
Luego viene la etapa de incubación, en la que, ya sea pequeñas empresas o aquellas en su fase de creación, obtienen facilidades para superar la etapa inicial de formación de un nuevo negocio. Pero, después de esta fase, no existía, sino hasta ahora, instrumentos para proporcionarles las condiciones necesarias como tecnología, asesoría, capacitación y financiamiento que les permitiera crecer y pasar de una categoría a otra. Es un proceso establecido en la Ley 8262 de Red de Apoyo Pyme.
Aquí es donde el MEIC y GS1 acordaron trabajar de la mano. GS1 es una asociación internacional encargada de administrar, difundir e implementar los estándares mundiales en áreas de logística, cadena de abastecimiento y demanda.
Se ha definido acelerador como el proceso que atraviesa una empresa en un tiempo determinado para lograr su crecimiento por medio de una mayor rentabilidad, mejor posición financiera y mayor participación de mercado.
Desde la perspectiva del MEIC, cuando ocurre la aceleración es cuando existe una cantidad de empresas que logran subir en la escala de clasificación de micro a pequeña, de pequeña a mediana y de mediana a grande y que a su vez este crecimiento impulse un efecto dominó en otras pymes para que logren este objetivo y puedan generar encadenamientos virtuosos para el crecimiento empresarial.
Requisitos para beneficiarse del programa
Para que una pyme pueda beneficiarse de este acuerdo, debe cumplir con ciertos requisitos: estar al día con el pago de cuotas obrero-patronales de la Caja del Seguro Social, estar al día con la póliza de riesgos del trabajo y con sus responsabilidades tributarias. También debe autorizar a un ente financiero para que pueda ejecutar un análisis crediticio.
Se beneficiarán todas aquellas pymes que estén inscritas en la Dirección General para la Pyme. Se ha pensado en tres sectores: los detallistas, como pulperías, abastecedores, farmacias, librerías, bazares. El sector industrial que contemplará pyme en alimentos, bebidas, textiles, cuidado personal, cuidado del hogar, artesanías entre otras. Finalmente está el sector general donde podrán estar las de distribución y manejo de inventarios, por ejemplo.
De acuerdo con Guillermo Varela, gerente general de GS1, la aceleración podrá ocurrir por medio de una serie de gestiones: automatización de procesos logísticos, al incorporar estándares globales GS1 de código de barras, comercio electrónico; adoptando tecnolgías que permitan más agilidad y visibilidad de los procesos de negocio y el fomento a los encadenamientos.
Este convenio finalmente lo que pretende es que además de permitir a las pyme pasar de una escala a otra, lo logren reduciendo costos de operación, aumentando rentabilidad y provocando un crecimiento en su nueva escala, según lo ha conceptualizado la Digepyme.
GS1 ha propuesto brindar el servicio en tres fases: elaborar un diagnóstico inicial para conocer el estatus de la pyme y ello requerirá conocer indicadores de desempeño en la parte financiera y logística. Luego vendrá la etapa de implementación para lograr esa ansiada transformación o migración de escala. Lo anterior, según explica Varela, ocurrirá en un plazo de seis a ocho meses. Esta fase implicará análisis de situación actual, diseño de propuesta de implementación, capacitación al personal de la empresa, implementación de nuevos procesos, software, hardware e infraestructura; pruebas y puesta en marcha del proyecto.
Se culmina con la etapa de seguimiento de los indicadores de desempeño y medirlos periódicamente para ver los resultados y hacer los ajustes necesarios. Es una fase que podría tardar unos dos años.
Como para todo (o casi todo) se requiere capital, el convenio MEIC-GS1 incorporó la variable de financiamiento, poniendo los recursos del Sistema de Banca para el Desarrollo a disposición de las pyme que sean beneficiadas con este acuerdo.