Comenzaron reuniéndose para trabajar juntas en los productos que elaboraban como velas, adornos, jabones y bisutería. Poco a poco decidieron venderse entre ellas y cuando se percataron organizaban “tardes de café”. De repente, ya no alcanzaban en la sala de la casa de Melania Montealegre, quien desde siempre se dedicó al comercio y a su familia, con quienes vive en Escazú. Fue con esta iniciativa que comenzó a trabajar en la creación de bisutería, algo que decidió dejar de lado poco después para dedicarse a la producción del evento.
Cuatro años han pasado desde que Montealegre y su socia Catalina Jiménez comenzaron a gestar El Gran Bazar, una feria que reúne a microempresas con deseos de comercializar sus productos y crecer.
El Gran Bazar es por sí mismo un emprendimiento que para mantenerse depende de otros. Su especialización, gracias a la experiencia, les permite ofrecer preparación a los participantes de la actividad, apoyo logístico, paquetes anuales, descuentos y facilidades para cancelar el stand.
“Cuando no se tiene un trabajo fijo y se requiere otro ingreso en el hogar uno comienza a pensar en qué se puede hacer. Cuando comenzamos no nos imaginamos que podríamos crecer tanto ni que podría convertirse en lo que es hoy”, explicó Montealegre, quien hasta hace poco fabricaba bisutería para vender y hoy es una de las productoras de El Gran Bazar.
Para realizar la primera feria alquilaron un local en el centro comercial Vía Lindora durante dos semanas y reunieron a 22 microempresarias. Y resultó.
“Nos dimos cuenta de que realizar esta producción era una posibilidad, un negocio, desde el primer bazar. Con ese esfuerzo obtenía más de lo que ganaba con mi venta de bisutería. Fue ahí cuando conversé en Catalina y decidimos trabajar juntas y organizarnos mejor. Valoramos nuestros productos y ahora reunimos a microempresas de gente que a veces trabaja con las uñas y que en algunos casos no tienen acceso préstamos para crecer”, dijo Montealegre.
Tras la primera incursión se lanzaron a negociar con varios centros comerciales de manera que el bazar pudiera realizarse en estos espacios y fuera de provecho tanto para ellas como para aumentar el tráfico en estos sitios.
“Ahora son los mismos comercios los que nos llaman para organizar la feria. También tenemos ya nuestros papeles en regla y estamos debidamente inscritos como pyme ante el Ministerio de Economía”, comentó Jiménez, odontóloga de profesión y ahora emprendedora.
El Gran Bazar inauguró el jueves pasado su tercera feria del año en Avenida Escazú. En esta ocasión las participantes fueron ubicadas en el área de comidas aquellas que venden productos comestibles y en un espacio contiguo las que venden ropa, bisutería, cométicos, accesorios para el cabello, adornos para el hogar, etc.
Los visitantes se encuentran con dos hileras de stands ubicados entre las mesas. Semillas, queques, café, paletas dulces, mermeladas y ollas, reciben a quienes por curiosidad o por decisión se acercan. Al fondo, están ubicado el resto de participantes. Desde bolsos de marca hasta velas artesanales. Ropa de factura nacional o importada. Una enorme variedad de bisutería de distintos estilos, carteras de tela, bufandas y un sin fin de productos son parte de este bazar.
Para llegar al bazar...
El mecanismo para participar es sencillo. Montealegre y Jiménez ejecutan toda la producción y facilitan la participación de las empresarias. Hay algunas empresarias que basan su producción en la agenda de El Gran Bazar y desde inicios de año hacen reservaciones anuales y pagan una cuota cuyo monto es variable según el espacio asignado por el centro comercial y por consiguiente, de este tamaño depende la cantidad de participantes.
La experiencia acumulada funciona como insumo para quienes quieren participar en el evento por primera vez o desconocen algunos elementos importantes para alcanzar el objetivo.
“Al principio no habíamos afinado tanto las herramientas. Pero ya sabemos que alcanzar el objetivo de las participantes debemos prepararlas y darles detalles de forma previa”, explica Jiménez.
Así, quienes quieran participar de El Gran Bazar tienen en días previos a la actividad un seminario donde se hacen recomendaciones que incluyen consejos para la presentación personal, cómo montar el stand, cómo atender a los clientes. A quienes ofrecen productos comestibles se les recomienda incluir en sus costos la degustación, se discuten formas de presentar el producto, hasta se les asesora en caso de que su logo no represente a su producto. Además se les recuerda traer tarjetas de presentación y también brochures o banners para complementar su puesto.
“Al final de cada bazar pasamos una encuesta de satisfacción entre los participantes, así recolectamos sugerencias, comentarios y siempre tenemos la preocupación de que vendan. Cuando ha sido necesario colaboramos y promovemos las ventas de alguno de los participantes”, cuenta Montealegre.
Tanto ella como Jiménez también se han preparado asistiendo algunos cursos de emprendedurismo y cuentan con un grupo de colaboradores cercanos para manejar los temas legales y de comunicación.
“Hacemos actualmente cinco bazares durante el año y generalmente los realizamos por zona tratando de cubrir siempre el este y el oeste de la ciudad. Un bazar en verano, dos para el día de la Madre y dos para Navidad es nuestra propuesta”, dijo Jiménez.
Y aunque depende de las posibilidades que cada espacio ofrezca, también han desarrollado una fórmula que permite la variedad para el público y organizan a los expositores en categorías como bisutería, ropa, cuidado personal, hogar y otros.
“Nosotras hacemos un contrato con los participantes para cada feria. Si alguien cancela, tenemos una lista de personas en espera que pueden ir ocupando los stands. Vendemos paquetes anuales por participación con un precio especial, y facilidades de pago”, explica Montealegre.
El futuro se vislumbra en grande. Más bazares y más ubicaciones es la meta. Para lograrlo iniciaron las negociaciones y esperan que el esfuerzo siga dando frutos.
Las próximas ediciones de El Gran Bazar serán previo a la navidad. Los días 29 y 30 de noviembre y 1° de diciembre en Momentum Pinares. El de cierre será 5, 6 y 7 de diciembre, nuevamente en Avenida Escazú.