¿Ha evaluado cómo se encuentra el sistema eléctrico y de gestión de energía de su empresa? ¿En qué condiciones está su equipo?
¿Sabía que unas malas instalaciones, el uso de maquinaria obsoleta puede provocar que su factura sea mucho mayor de lo que podría ser?
“Por lo general, los empresarios (en las pymes) hacen todo. Están muy centrados en el día a día, en lo que popularmente llamamos apagar incendios. Esto genera, como consecuencia, que en la parte energética o en la parte eléctrica funcionemos reactivamente: en el momento en que algo se daña lo reparamos, en el momento en que vemos que el recibo de electricidad vino muy alto, ahí sí nos ponemos a ver qué sucedió”, señala José Pablo Rojas Wang, gestor de proyectos de Cegesti.
Para el ingeniero en biotecnología, en materia de consumo de energía, los empresarios deben volverse proactivos.
Diagnostíquese
Lo primero que conviene hacer es un diagnóstico energético y ver cuáles actividades de la empresa son las que generan mayor consumo o son más intensivas energéticamente y, a partir de ahí, se pueden implementar medidas específicas, caso por caso.
Algunos errores comunes que cometen las empresas son:
-Usar calderas ineficientes.
-Tener sistemas de iluminación no optimizados, sistemas antiguos, incluso cuando existen otros más eficientes como el uso de LED.
-Tener equipos que podrían generar un pico de consumo muy alto cuando se encienden, sin administrar bien esa demanda, cuando lo más adecuado es revisar en qué momento del día conviene más activar la maquinaria para que el costo sea menor.
Medidas por tomar
Rojas recomienda tomar dos tipos de acciones: inmediatas y mediatas.
Dentro de las inmediatas se encuentra mejorar las prácticas de consumo: apagar las luces si no se ocupan, aprovechar la luz solar, evitar desperdiciar la energía con equipos prendidos cuando no se están utilizando.
Según los recursos económicos de la empresa, otras acciones podrían ser sustituir la maquinaria por una más moderna y eficiente.
Rojas dice que han trabajado con empresas que malgastaban la energía y, al generar cambios, pudieron reducir entre un 40% y un 50% su factura energética. Otras empresas cuya gestión era buena, pero hicieron mejoras, lograron disminuirla entre un 5% y un 10%.
Si al reducir el consumo, aún se sigue pagando mucho, se pueden considerar otras alternativas que sí requieren una inversión mayor de dinero, tiempo, así como la realización de estudios de factibilidad.
Por ejemplo, que la empresa genere su propia electricidad para autoconsumo, a través del uso de energía solar, energía eólica, o recurrir al uso de biodigestores (especialmente las empresas agroindustriales), sugiere el ingeniero.
En estos casos, a pesar de la gran inversión que debe hacerse, al final vale la pena, comenta Rojas.