Después de décadas dominando el mercado global de procesadores, la compañía estadounidense Intel se ve obligada a procurar ir más allá de las PC (computadoras personales), presionada por la industria.
Y por ello, la gigante tecnológica juega con la ingeniería para adaptar sus chips a la movilidad. Se trata de un mundo donde la computadora dejó de ser el centro de la comunicación y el usuario pasó a tomar ese lugar, con equipos que se convierten en extensiones de sus manos.
Eso explica el cambio en la micro arquitectura de la cuarta generación de procesadores Intel Core y cuyo ensamble y prueba se realiza en la planta de la corporación en Costa Rica.
Se trata de un chip que lleva un alto poder de procesamiento de datos y gráficos a las tablets y las ultrabook , la propuesta de Intel que se lanzó en el 2011 de computadoras extremadamente ligeras y delgadas.
Empero, también se espera que se cuele en el interior de los dispositivos convertibles que sacan provecho del mundo de la PC y las tabletas; es decir, aparatos delgados y potentes, y pantallas móviles y táctiles.
Todo esto con un consumo de energía reducido para prolongar los tiempo de uso de estos aparatos exremendamente portátiles.
Un terreno donde otros fabricantes de los chips ganan terreno e incluso se convierten en dominantes.
En el 2012, la industria de semiconductores sumó $230.000 millones con el dominio de Intel (especializados en computadoras y servidores), Samsung (desde televisores hasta celulares) y Qualcomm ( smartphones ), según la consultora Gartner en abril.
El reporte de ingresos reveló una contracción del mercado en general del 2,6%, pero de las tres compañías, solo Intel reflejó esta baja en las ventas.
Alerta
Y es que números no mienten: Intel requiere hacer un viraje fuerte. Los chips para PC todavía constituyen casi tres cuartas partes de sus ingresos, pero las ventas de los procesadores para computadores van de caída.
Este era un cambio que empezó a doler en trimestres anteriores, pero que se hizo más evidente en el reporte de la compañía estadounidense que se dio a conocer en julio.
La utilidad neta reportada fue de $ 2.000 millones, con un descenso del 29% respecto del año anterior. Mientras, los ingresos bajaron un 5% para quedar en $12.800 millones.
En este juego de sumas y restas, el mercado de chips para PC contribuyó con una contracción del 7,5% en los ingresos.
“De cara al futuro, el mercado va a seguir comprando una amplia gama de productos de computación”, dijo Brian Krzanich, director ejecutivo de Intel en el comunicado de prensa emitido para anunciar los resultados financieros del segundo trimestre del año.
Krzanich explicó que la familia de procesadores Atom (diseñados para dispositivos móviles) y los chips Core (entre ellos, la familia Intel Core 5), serán las armas del futuro de Intel, unidas a una mayor integración.
“No dejaremos ninguna oportunidad de computación sin explotar. Para aprovechar estas posibilidades, la prioridad más alta de Intel es crear los mejores productos para el creciente segmento de mercado de la ultramovilidad rápida”, añadió el ejecutivo estadounidense.
Para Gilles Maury, consultor de Deloitte, la clave de Intel para lograr su adaptación a la evolución del mercado será capitalizar su capacidad de innovación en el desarrollo de procesadores que se ajusten a la demanda.
Son tres frentes: chips para servidores que responden a la demanda creciente de la nube, procesadores para dispositivos móviles y el Internet de los objetos (hogares y carros inteligentes). Eso si, se trata de productos diferenciados en optimizados en el consumo de energía.