Definidos como aviones no tripulados, los drones son utilizados para vigilancia y asesinatos selectivos. Su principal "atractivo" es que permiten llevar a cabo ciertas misiones sin poner en riesgo la vida de soldados. Comandados a distancia, requieren de controles visuales que permiten a quienes los operan concentrase en los objetivos.
Actualmente Estados Unidos envió drones para vigilar la frontera de Siria con Jordania, a petición de este último país, mientras John Kerry, secretario de Estado, expresó que en caso de una intervención en Siria, no se parecería a lo ocurrido en Irak o Afganistán, "No habrá tropas terrestres", dijo, lo que haría suponer que en caso de una acción bélica, los protagonistas serían los drones.
El uso de estos aparatos aumentó a partir de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, fecha en la que se convirtieron en un instrumento fundamental de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.
Luego de la invasión a Afganistán e Irak, las empresas aeronáuticas se lanzaron a fabricar drones más pequeños con chips informáticos cada vez más inteligentes y sensores cada vez más eficaces (primero cámaras, y posteriormente instrumentación para medir las partículas aerotransportadas: sustancias químicas, patógenos, materiales radiactivos), según un reportaje publicado por National Geografic.
De los menos de 200 drones militares que utilizaba en 2002, Estados Unidos emplea actualmente más de 11.000 drones en sus misiones. En una generación podrían sustituir la mayoría de los aviones militares tripulados, dice John Pike, experto en defensa del think tank GlobalSecurity.org.
Datos de la Oficina de Periodismo de Investigación del Reino Unido, señalan que desde el 2004 Estados Unidos ha realizado casi 400 ataques con drones en Paquistán con una cifra de muertes estimada en 3.500 personas, entre ellas cientos de civiles.
Además de Paquistán, Estados Unidos ha lanzado bombardeos aéreos con drones en países como Afganistán, Yemen y Somalia.
Pero no solo Estados Unidos utiliza los drones. Al menos otros 50 países también los emplean y naciones como China, Israel e Irán y España tienen actualmente sus propios fabricantes.
Esto sugiere que podríamos estar ante el advenimiento de una nueva guerra, en la que la tecnología sea la que marca la pauta.