Hacer las maletas y empezar una vida profesional en otro país representa una oportunidad de carrera sumamente interesante para muchos jóvenes costarricenses. Jóvenes de 40 y tantos años, incluso.
La posibilidad de vivir fuera por un tiempo, dejando atrás el nido entre Peñas Blancas y Paso Canoas, es una realidad latente para un creciente grupo de talentos nacionales, y no necesariamente por un tema de crisis. Esta situación ni me extraña ni me escandaliza, pero me ha hecho darle vueltas ante la escasísima regulación laboral vigente en nuestro país.
Producto de esta preocupación, hace ya rato que me di a la tarea de investigar, y como resultado recién acabo de concluir un estudio titulado: “La Movilidad Geográfica Internacional de Trabajadores en el Marco de un Mismo Grupo de Empresas y su Tratamiento en el Régimen Jurídico – Laboral y de Seguridad Social Costarricense”.
Sí, el nombre es largo, pero el tema - tienen que creerme - es interesantísimo.
Hagamos una prueba con el siguiente ejemplo:
Andrea, de 23 años y recién graduada de ingeniería industrial, es contratada en el país para laborar en una empresa con operaciones en Estados Unidos y Latinoamérica. (Para considerar: solo en el 2012 en Costa Rica se instalaron 40 nuevos proyectos de inversión de alta tecnología, compañías con casa matriz en el extranjero).
A los 3 años de ir y venir desde su casa a la zona franca, y viceversa, le ofrecen la oportunidad de trasladarse a las oficinas ubicadas en Florida. Por supuesto que aceptó. Después de 2 años allá regresó a Costa Rica, pero 12 meses después concursó para una plaza en Buenos Aires y para su sorpresa fue elegida para la posición regional.
Después de una boda maravillosa en Mar de Plata, 2 hijos y más de 5 años desde el traslado, Andrea recibe la noticia de su despido.
Cuando una única relación laboral, sin solución de continuidad, ha conllevado la ejecución de actividades en diferentes países en el marco de un mismo grupo empresarial, ello no puede dar lugar a interpretar que la transferencia de una nación a otra resulte en un fraccionamiento implícito que afecte la antigüedad del trabajador.
- ¿Puede Andrea demandar a la empresa en Costa Rica para reclamar aquí el pago de la cesantía, el preaviso, las vacaciones y el aguinaldo?
- ¿Se debe tomar la antigüedad durante la permanencia en el extranjero?
- ¿Son competentes los tribunales nacional para conocer este caso?
- ¿Qué pasa con las cuotas a la seguridad social en el extranjero?
La exportación de talento tico hacia otras naciones receptoras reta nuevamente la capacidad de adaptación y respuesta de nuestro ordenamiento, el cual se quedó en los modelos de trabajo puramente locales.
Mientras las leyes laborales en Costa Rica solo saben escribir a máquina (y no automática), los trabajadores ticos son contratados por un aviso en su muro de Facebook y despidos a través de su cuenta en Twitter.
La transnacionalidad en la planificación de los recursos humanos y el desplazamiento internacional de trabajadores están presentes aquí y ahora, pero sin un sistema normativo que de respuesta a todas las posibles interrogantes.
Esto es algo que las empresas deben de considerar y programar con cuidado, pues no siempre se liquida al trabajador antes de su asignación en el extranjero.
Claro que la Sala Segunda ya ha tenido oportunidad de analizar casos de este tipo, evolucionando en cuanto a la interpretación del principio de territorialidad, pero ello no desaparece las lagunas legislativas. El proyecto de Reforma Procesal Laboral se refería a este tema, pero sabemos que esta iniciativa está en alitas de cucaracha.
En Costa Rica, de conformidad con el artículo 14 del Código de Trabajo, rige el principio de territorialidad de la normativa laboral sin consideración de la nacionalidad del trabajador. Sin embargo, dicho principio no debe ser aplicado de manera absoluta o inflexible ante determinadas circunstancias fácticas especiales como es el caso de los contratos de trabajo que conllevan una ejecución parcial en el extranjero.
Como ven… aquí hay mucha tela que cortar, ¿verdad que el tema sí merece la pena?.