Para quienes no la conocen, aquí tienen a la Fundación Acción Joven (FAJ).
¿Qué hacen? Revolucionan la forma de combatir la deserción escolar exclusión a través de programas que hacen posible que los estudiantes terminen “el cole”, y puedan posteriormente incorporarse en el sector formal de empleo.
La atención se enfoca en jóvenes de sétimo y décimo año en colegios con altos índices de exclusión, y para ello FAJ ha tejido alianzas con el Ministerio de Educación, universidades, empresas del sector privado y otras organizaciones no gubernamentales. De acuerdo con el Ministerio de Educación, de los 17.579 estudiantes que en el 2013 dejaron las aulas el 85.7% eran de secundaria.
Los actores de esta alianza público-privada son un grupo de visionarios profesionales que desde hace 8 años han cabalgado con optimismo, logrando con éxito un cambio sin precedentes en la vida de miles de estudiantes que en otras circunstancias no habrían concluido sus estudios.
FAJ les permite a los jóvenes actuar con libertad al tomar la decisión de no claudicar en el esfuerzo por graduarse, comprendiendo que continuar en clases es evitar quedar atrapados en un entorno complejo plagado de límites para su desarollo.
Y más aún. Cuando un adolescente en desventaja social se gradúa no solo obtiene un título, que ya de por sí no es poca cosa, al mismo tiempo toma conciencia de su potencial y con una renovada visión de su vida se transforma en un verdadero eslabón en la cadena de desarrollo de este país.
Dando con certeza un puntapié a la exclusión, FAJ ha demostrado que un estudiante que no regresa al colegio es en la mayoría de los casos presa de la desmotivación pero no de la ausencia de voluntad.
La Fundación busca acabar con la idea de que “el colegio no es para mi”, transformando esa sensación de ajeno y distante en una sólida convicción de pertenencia: “yo soy parte de mi colegio”.
Los profesores y estudiantes proponen iniciativas que van acorde con su realidad, y así con la participación de FAJ durante el horario lectivo se ponen en marcha programas de cohesión grupal y desarrollo de habilidades a través de orientación vocacional, emprendedurismo y mejoramiento de su perfil de empleabilidad .
¿Resultados? Los hay y son tangibles y concretos.
Desde su creación, FAJ ha impactado positivamente a 12,029 jóvenes de secundaria, trabajando directamente con más de 500 docentes alrededor del país. Les comento unos ejemplos:
- Antes de que FAJ colaborara con el Liceo Julio Fonseca ubicado en La Uruca, un 29.09% de los estudiantes de sétimo año abandonaba las aulas. A partir de su involucramiento en julio del 2009 ese porcentaje se redujo significativamente, llegando a un 10.2% en el 2013.
- En el Liceo Napoleón Quesada, los porcentajes de exclusión en estudiantes de décimo año se redujeron de un 13.8% a un 2.4% en el 2013. La Fundación participó con este centro estudiantil en el 2009, y posteriormente del 2011 al 2013.
- En el Colegio de Pacuare en Limón los resultados son dignos de todo reconocimiento. El porcentaje en estudiantes de sétimo pasó de 32.4% a un 13.8%, y en estudiantes que cursaban el décimo año mejoró de un 15.8% a un 3.8%.
Hay un programa que inició en el 2013 y que en lo personal rescato por su importancia neurálgica ya que su objetivo es que los jóvenes salgan del colegio mejor preparados para encontrar trabajo: mejora del perfil de empleabilidad dirigido a estudiantes que cursan el décimo año.
- 560 jóvenes
- 141 sesiones de empleabilidad
- 20 empresas visitadas en giras vocacionales
- Más de 1000 horas invertidas en pasantías
Y para terminar, este mes de julio FAJ en una alianza con Empléate, la Municipalidad de Alajuela, Garnier & Garnier Desarrollos Inmobiliarios, la Universidad Técnica Nacional (UTN) y la Zona Franca Coyol iniciaron un programa que abarca a 50 jóvenes en riesgo social entre los 17 y 24 años.
El objetivo es brindarles por un periodo determinando capacitación específica en atención a las necesidades puntuales señaladas por las empresas de la industria médica, ello con el fin de que al concluir el entrenamiento tengan acceso a un empleo de calidad.
Decir que la exclusión social de adolescentes en este país es un reto, es una perogrullada. Tomar acción es el paso siguiente y FAJ lo hace con aplomo, con convicción, y sobre todo con resultados que dejan huella en una persona, en una familia, en una comunidad y en el país. Y es ahí en donde está la magia.