La doble cara de la ANEP: cinismo sindical

“La cruz en el pecho y el diablo en los hechos”, refrán que aquí cae como anillo al dedo.

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Por un lado Albino Vargas,secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), dice en medios de comunicación que el acoso laboral y antisindical está llegando a niveles peligrosos y hay que denunciarlos abiertamente”, pero por el otro, se ha visto envuelto como parte de un cobarde caso de hostigamiento y persecución sindical ocurrido en su misma casa.

Desnuda y completamente expuesta, así quedó la ANEP tras la condena en sede judicial (por unanimidad en las 3 instancias que conocieron el caso) al comprobarse la existencia de prácticas laborales desleales y antisindicales en contra de una trabajadora que tenía casi 15 años de prestar servicios en el área legal.

En sentencia final, la Sala Segunda concluyó lo siguiente:

“…nada impide que un sindicato puede incurrir en actos de discriminación tendientes a menoscabar dicha libertad [sindical], sobre todo en el ejercicio de un rol de empleador, como fue este el caso (...) Conforme a lo expuesto, llega la Sala al convencimiento de que el verdadero motivo del despido de la accionante fue su vinculación al sindicato UNT ”. Voto No. 2016-001403

Así es, la ANEP actuando bajo el modelo ¿neoliberal? que tanto critica. Se le devolvieron las piedras que acostumbra lanzar y cayó al suelo noqueada.

¿Cómo pueden los trabajadores confiar en la ANEP la tutela de sus derechos e intereses generales cuando ni siquiera es capaz de respetar las libertades fundamentales de sus propios empleados?

El caso que comento se trata de una trabajadora de la Unidad Jurídica de la ANEP que se quedó sin empleo porque cometió dos pecados capitales que Albino Vargas no dejó impunes, condenándola a la pena máxima del despido. De paso, también envió un mensaje de advertencia para quienes se atrevan a desafiar su autoridad.

¿Qué desató la furia de ANEP? Por un lado la trabajadora participó en la constitución de un nuevo sindicato sin considerar que la ANEP no ve con buenos ojos la competenciauna, y para el proceso de elecciones internas organizó una tendencia contraria a la que apoyaba la continuidad de Vargas como secretario general.

Así ocurrieron los hechos:

  • El 21 de enero de 2012 la trabajadora de la ANEP participó en la constitución del sindicato Unión Nacional de Trabajadores y Trabajadoras (UNT).
  • 3 días más tarde, el 24 de enero de 2012, se presentó al Departamento de Organizaciones Sociales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social la solicitud de inscripción de UNT.
  • En sesión del 17 de febrero de 2012 de la Junta Directiva de ANEP, por solicitud de Albino Vargas, se tomó la decisión de despedir a la trabajadora.
  • Entre el momento de la constitución del sindicato UNT y el despido transcurrió menos de un mes, exactamente 26 días.
¿Cuáles fueron las razones reales del despido?

La ANEP se contradijo muchas veces durante el proceso, lo que pasa cuando no se quiere que se sepa la verdad. Primero argumentó que desconocía la constitución de la UNT, por lo que el despido no tenía relación con ese tema; sin embargo, durante el proceso judicial quedó demostrado que Albino Vargas sí sabía de su existencia.

“… llegó don Albino y parado en las escaleras hablaba por teléfono sobre la UNT, decía que sabía que ya habían conformado el sindicato, que era un sindicatillo, que él no le tenía miedo, que eran unos traidores, que era un sindicato de alcoba. De forma despectiva se refería a este”.

“El 21 de enero de 2012 se constituyó el sindicado y a raíz de esto a varios compañeros que estuvieron en la constitución se les llamó por parte de don Albino Vargas el mismo sábado 21, para preguntarles sobre si este se había constituido…”

Más adelante cambiaron la versión, diciendo que la trabajadora había sido desleal con la ANEP por haber fundado un sindicato “que iba a competir en afiliación”, lo cual era faltar al deber de fidelidad.

Primera causal del despido: persecución sindical. Participar en la constitución de un sindicato. Tan pronto la ANEP tuvo conocimiento de la existencia de esa nueva organización sindical comunicó el despido a la trabajadora, quien además de estar afiliada tenía un puesto de representación.

La Sala Segunda señaló:

“la terminación del contrato de trabajo que se le aplique a una persona trabajadora por el simple hecho de afiliarse a un sindicato constituye una práctica laboral desleal, que atenta contra el derecho fundamental a la libertad sindical y, por ende, nula e ineficaz”

Segunda causal del despido: persecución política y prácticas antidemocráticas . Para las elecciones internas que se llevaron a acabo en la ANEP en el 2011, la trabajadora inició junto a otros afiliados una tendencia denominada Rescate que buscaba cambiar la integración de la Junta Directiva.

Una de las testigos del proceso manifestó lo siguiente:

”... parte de las diferencias que veían en ciertas atenciones los llevó a crear la tendencia Rescate (...) después que hicieron la presentación, firmas y demás, cuando la tendencia se fortaleció y se hicieron un grupo importante, empezaron a tener problemas laborales”.

También agregó que circulaban correos desde ANEP en los que se trataba de forma despectiva a la trabajadora despedida y a quienes formaban parte de la tendencia Rescate.

Incluso, en la sesión de Junta Directiva del 17 de febrero de 2012, cuando se tomó la decisión del despido, uno de los miembros manifestó su rechazo así: “considero que es una persecución política desde la Junta Directiva, por lo tanto también salvo responsabilidades de esta decisión”.

Un patrono que no respeta la libertad sindical es reprochable, pero un sindicato que sin reparos pisotea ese derecho fundamental a sus propios trabajadores no tiene ni un ápice de moral ni de ética para presentarse como defensor de los intereses de la clase trabajadora.

El cinismo con el que actuó la ANEP minó aún más su ya debilitada credibilidad, y como consecuencia la misma suerte tendría que correr la representatividad social que ostenta .

A menos de que todas las otras organizaciones sindicales en este país incurran en las mismas prácticas ilegales, deberían ser las primeras en salir a denunciar y repudiar públicamente el comportamiento antisindical de la ANEP. Si esa forma de hacer sindicalismo no es un patrón común, que hagan visible y notorio su rechazo frontal.

La cara real de la ANEP ha quedado bien dibujada en la sentencia; cuando sale a la prensa lo que utiliza es una máscara.