En la revolución industrial, hubo gran contracción de muchos empleos que fueron automatizados. Y así sucesivamente, cada vez que hay una gran innovación. Entre los años `70 del Siglo XX y lo que va del Siglo XXI hemos sido testigos de la reducción de ciertos tipos de empleo debido a la automatización de muchas funciones, particularmente para quienes no podían o no querían reentrenarse. Ciertamente, se puede decir que la primera ola tomó desprevenida a mucha gente, por la rapidez con que no solo llegaron, sino que se superaron los inventos. Igualmente, no había nada que se les pudiese comparar. Llegaron, arrasaron y quienes sobrevivieron o tuvieron éxito fueron quienes se pudieron adaptar rápidamente o los pocos para quienes la tecnología no es factor clave de éxito. Igualmente, se abrieron las puertas para otro tipo de empleo para miles y miles de jovenes que fueron incursionando en el mercado laboral de la mano de esa tecnología.
Por ejemplo, un estudio muy interesante de la prestigiosa firma de consultoría McKinsey brinda, entre otros, los siguientes datos:
- $5 millones vs. $400
¡Y lo que falta! Hoy en día ya hay muchas proyecciones que nos alertan, de ese mismo estudio:
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- 230+ millones
- $5–7 billones (trillion)
- 400+ millones
- 1.100 millones
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Todos, no importa cuan pequeño o pobre sea el país en que vivimos o trabajamos, hemos visto estos cambios ante nuestros propios ojos. Una persona de 20 años, empezó con un teléfono móvil análogo para hoy ser totalmente adepto a un smartphone. Cada vez mas, la penetración y el uso de internet se va volcando a estos aparatos en decrecimiento de la computadora. Y si hay usuarios, hay apps, si hay vehículos y hay apps, se puede automatizar el trabajo del conocimiento, en cierta medida.
Los avances en inteligencia artificial, aprendizaje de las máquinas y las interfases como el reconocimiento de voz, por ejemplo, son lo que hace posible automatizar muchas tareas de los trabajadores del conocimiento que, durante mucho tiempo, han sido considerados como imposibles o poco prácticas para las máquinas. Por ejemplo, algunos equipos pueden responder a preguntas "no estructuradas" (es decir, las que se presentan en el lenguaje ordinario y no depende de respuestas múltiples predeterminadas). Esto abre la posibilidad de un cambio radical en la forma en que el trabajo del conocimiento se organiza y lleva a cabo. Para los usuarios y clientes, se abre la posibilidad de que mas y mas personas obtengan de manera mas rápida mayor cantidad de información.
Por otro lado, se vislumbra una nueva realidad, una en que los muy calificados tengan muchas posibilidades y los que están haciendo las tareas sustituibles, se quedarán muy expuestos. Con ello, tal vez otra vez, una generación entera se puede quedar fuera de la ola de la innovación.
Ojo, alerta y peligro para todos estos países donde “shared services” “call centres” y “outsourcing” son una gran fuente de empleo. Hay peligro y por supuesto, oportunidad. Es de gran importancia que los centros educativos, los gobiernos y los propios empleadores, empiecen a anticipar estos grandes cambios. A como hemos visto en el correr de este siglo XXI es mas factible que se aceleren a que se retrasen. ¿Qué pasaría entonces con esas cantidades de gente especializadas en esas tareas? ¿Qué pasaría con los dueños de esos centros? ¿Pasará como ha pasado con tantos negocios a los que tomó desprevenidos el cambio informático de las últimas dos décadas?
Un área donde nadie se lo imagina y que sin duda será afectada es la medicina. En un famoso artículo del año pasado el fundador de Sun Microsystems, Vinod Khosla preguntaba ¿necesitamos médicos o algoritmos? Brevemente, él decía que la medicina parece una ciencia oculta, un vudú, donde el paciente desconoce muchas cosas y posiblemente tal vez el médico también. Finalmente concluía que las máquinas procesarían información y datos, de tal manera que eventualmente sustituirían al 80% de los médicos. Solo quedarían el 20% realmente importante. No sé, no me gustaría hablar con una máquina sobre salud, pero también es cierto que pocas cosas son tan desagradables como un médico que tiene una "cuota" de minutos para atender al paciente, peor aún, si es de mal talante y con una respuesta de autómata. Para eso, mejor una máquina. Me gustaría tener lo mejor de dos mundos, un médico que se informe, se mantenga actualizado y tenga recursos informativos amplios combinado con excelente criterio y buen trato. Que los hay, los hay, pero menos de los que quisiera.
La innovación al principio siempre es rechazada, no considerada y muchas veces, ignorada. A veces pienso que es casi un proceso de duelo: negación, enojo....hasta finalmente la aceptación. Sin embargo, ya hemos visto, que su paso es imparable. Por cada tecnología que nace hay otra mas, o varias, que muere. Avisados estamos ahora, sabemos que es una realidad que toma muy poco tiempo en desarrollarse. No estamos hablando del paso del tren al automóvil.
Sin mas, finalizo con otro dato del estudio, que evidencia como mas y mas personas tendrán acceso a estas máquinas y apps inteligentes, que sustituirán a los humanos y facilitarán el acceso a la información:
2–3 mil millones mas gente que tendrán acceso a internet en 2025.