Buenas intenciones que salen mal

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Cuanto se ha escrito sobre la bien intencionada octogenaria que decidió poner su granito de arena al ornato de la Iglesia de su pueblo “repintando” el deteriorado mural de un Cristo. La pobre abuela terminó crucificada por andar queriendo arreglar al Ecce Homo. Cecilia quiso ayudar, pensó que tenía las destrezas necesarias, , de la manera que buenamente pudo hacerlo, con lo que buenamente se le ocurrió y

obtuvo resultados desastrosos.

Ello me remite a las intervenciones personales que se hacen en el día a día, con buenas intenciones y con resultados desastrosos. El famoso “yo solo quería ayudarlo” “yo le dije eso para ayudarlo” etc. etc. Frecuentemente, las buenas intenciones no bastan. Teóricamente para ser válida una buena acción, debe tener buena intención y buen resultado. Muchas veces se justifican las intromisiones con el calificativo de buenas intenciones. Pero a veces, el metiche hace mas daño que bien. Para mi, simplemente son intromisiones, con o sin intención buena o mala. Siempre hay alguien que sabe mas, aunque eso sea, claro está, dentro de sus supuestos y su marco de información. ¿Qué tanto mal se hace por querer hacer el bien? Creo que a todos nos ha pasado, hacer un daño por querer hacer un bien. O peor aún, tratar de hacer un bien a través de un tercero y que ese tercero, con mala intención, termine haciendo un mal.

Algo que es fatal es quedarse en las intenciones y después justificarse a si mismo o a otros, basado en esa buena intención. “Es que yo tenía la intención de…pero…y no pude”. Ya para qué. De poco sirve andar por ahí coleccionando intenciones. Las buenas intenciones deben generar buenos resultados, con la intención no basta, resulta insuficiente, hay que ir más allá y de ahí surgen la implicación, el compromiso y la necesidad de actuar con inteligencia.

Normalmente las buenas intenciones van ligadas más a lo emocional que a lo racional. Cuando hay mala intención pienso que siempre hay premeditación. Cuando alguien hace algo que nos afecta negativamente, particularmente si es de un ser cercano, siempre la esperanza es que haya sido de buena intención. Aunque a la hora de la verdad, eso no nos sirva de nada, porque ya el daño está hecho, al menos sirve de consuelo emocional.

Tal vez lo mejor sea pensar muy bien, particularmente cuales son los supuestos, cuando se nos ocurre bienintencionadamente una idea, antes de pasar a la acción. Tal vez así podremos detectar situaciones en las que es mejor quedarse con la intención. En este caso, tal vez es mejor, tener un archivo de buenas intenciones de las que detectamos a tiempo, terminarían mal. Tal vez así le hubiera mejor a la abuelita restauradora.

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Otra buena intención que salió mal: la cantante Fanny Lu twitteó un conmovedor mensaje honrando al ciclista Neil Amstrong ---como que la pobre niña no supo nunca quien fue el primer hombre en poner pie en la luna.

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Héroes del silencio: Malas intenciones.