Costa Rica votó "Mejor bueno por conocer"

El costarricense ha demostrado que, contrario a lo que muchos piensen, está dispuesto a lanzarse y arriesgarse, está dispuesto a manifestarse a través de su arma mas poderosa, que es el voto. Está dispuesto a apostar por el bueno por conocer.

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"La formulación del problema es a menudo más importante que su solución”

"No podemos resolver nuestros problemas con el mismo nivel

de pensamiento que los creó"

- Albert Einstein

Mi blog no es de política así que no me referiré para nada al contenido político de esta elección en Costa Rica, me enfocará en lo que cambió y no fue detectado. Lo que cambió y movilizó.

El electorado costarricense ha demostrado su hastío contra lo "conocido": Johnny Araya y Otto Guevara, y, de manera incremental, con mas ímpetu desde que iniciaron los debates, ha ido favoreciendo a "lo bueno por conocer". Esto aplicó a los candidatos que hace solo 4 meses eran considerados fuera de contienda: Piza, Solís y Villalta. El costarricense ha demostrado que, contrario a lo que muchos piensen, está dispuesto a lanzarse y arriesgarse, está dispuesto a manifestarse a través de su arma mas poderosa, que es el voto.

Pienso que hay una clara división en estilo de relacionamiento y de comunicación, entre los que prometen la renovación y los que refuerzan el "status quo". Los candidatos Araya y Guevara, hicieron campaña de manera visible a través de símbolos externos, medios masivos, medios sociales (aunque manejados con estrategia de medios masivos), llevando música, espectáculos, etc. a los diferentes cantones, hablando prioritariamente en masa, a grandes aglomeraciones. Solís y Villalta crecieron sin ser tomados en cuenta por los tradicionales, a través de plataformas importantes en medios sociales y por contacto intimista persona a persona, casa a casa, barrio a barrio, provincia a provincia. Es decir, a través de un contacto “no visible” a los ojos de quienes solo detectan los métodos tradicionales de hacer campaña. En síntesis, los dos candidatos veteranos de contiendas electorales, hablaron a través de importantes inversiones en medios tradicionales y los novatos hablaron a través de los medios que les permitían estirar su comparativamente exiguo presupuesto.

El candidato Piza avanzó enormemente basado en su desempeño en los debates, donde proyectó su personalidad, experiencia y conocimiento, también fue un candidato que avanzó en contra de lo que se hubiera podido anticipar, igual que los otros, de manera "no visible". Aquí es donde vemos otro gran cambio: el estilo de comunicación. Piza y Solís, recurrieron a un discurso razonado y pausado, Villalta a un discurso razonado y con la energía y agresividad que su juventud y personalidad le confieren. Araya y Guevara, recurrieron a lo que siempre habían usado, el código de expresión ya conocido, las palabras ya conocidas y las muletillas ya conocidas. También eran los que mas "cuidado" tenían en su lenguaje corporal, su mirada a la cámara, etc., es decir todas las técnicas que dan los asesores. Piza, Solís y Villalta, en mi percepción, tuvieron una proyección de persona y personaje, menos forzados, con mas espontaneidad y percibida autenticidad. No soy amiga de ninguno de ellos, por lo cual no sé si es cierto o no. Araya y Guevara, cuando se les sacaba del guión, mostraba incomodidad y rigidez, los otros tres rápidamente improvisaban y seguían.

Extiendo además, como apunta mi amigo Francisco, que Villalta con el mensaje fuerte y controversial, estimuló a una cobertura de medios, que de otra manera no hubiese tenido, cobertura que expandió enormemente la proyección del candidato, lo cual fue multiplicado cuando los otros candidatos se dedicaron a atacarlo. Dícese en mercadeo, que una marca líder no se pone a pelear públicamente con una marca incipiente contendora, porque al hacerlo le multiplica la importancia. Creo que aplicó en este caso. Tal vez la marca pequeña (Villalta) les hizo perder foco y les distrajo del verdadero problema: su falta de conexión con sus electores.

Otro factor a anotar es que los comentaristas políticos tradicionales no manejan ni entienden las redes sociales y por lo que veo, tampoco, en su mayoría se han buscado "traductores" Esto hizo que no detectaran muchas señales. Hoy escuché decir a un comentarista muy prestigioso, que asesora a un canal de televisión, que él si se preocupaba de ver los medios sociales, por medio de su página de Facebook: el buen señor no tiene idea de lo que son los medios sociales.

Ayer mucha gente buscaba banderas, stickers y camisetas, mostrandose confusos por no verlas. Esta fue la campaña que dejó atrás los signos externos y la estridencia, dando paso al voto mas pensado y mesurado, mas privado. De hecho, siempre dije que esta iba a ser una elección en que habrían muchos votos secretos, votos de closet, donde tal vez la gente votaría diferente a lo que decía y así ha sido. Todo el escándalo de las encuestas no pudo proyectar a los llamados "indecisos" que tal vez no lo eran, simplemente se estaban guardando el voto.
El candidato Solís dió la sorpresa de muchas maneras, tal vez empezó, como buen catedrático, definiendo bien el problema al que se enfrentaba, para entonces pasar a buscarle solución.

Considero que lo acontecido en las elecciones es aplicable a toda organización en Costa Rica. Hay claras diferencias que trascienden generaciones en percepciones y actuaciones, en maneras de comunicarse y de entender. Opino que los partidos que se fueron por la vía tradicional, son igual que las organizaciones que siguen actuando como si la “vida sigue igual” – mas ni es lo mismo, ni es igual. Es un momento de reflexión para todos, para darse cuenta que realmente hay un cambio en la población, que ha sido manifestado a través de las elecciones, pero que trasciende el ámbito político. Es un momento, para ver y anticipar los problemas con nuevos ojos, de lo contrario, se obtendrán siempre las mismas respuestas y soluciones. Es momento de tener la flexibilidad de ceder espacios, invitar la diversidad de opiniones y análisis, para darle lugar a personas nuevas y a pensamientos nuevos, es un momento para revisar con cuidado cuán aquilosadas se han quedados su organizaciones, sus métodos, su manera de analizar y de evaluar. Y si, milagrosamente usted cree que ha hecho todo para mantenerse vigente, le invito a preguntarselo a otros y vuelvase a cuestionar. Siempre hay algo que mejorar. Lo que les trajo hasta aquí, no les va a llevar hasta allá.