La salida de la fábrica de Intel es un campanazo que hay que escuchar

Hay que salir a dialogar con todas y cada una de las empresas que han traído sus operaciones a este país y dan empleos de calidad a miles de personas y proceder a hacer un operativo importante de retención. De nada sirve una puerta giratoria, en que se atraen nuevas empresas mientras las que están se marchan. La actual coyuntura abre espacios para que el Presidente electo Luis Guillermo Solís cambie paradigmas.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

La salida de Intel al igual que otros cambios realizados por los mayores empleadores en Costa Rica son un golpe duro para la economía y y obviamente también para la reputación del país en el extranjero. Es una dosis de realidad para esta imagen congelada en el tiempo que tiene mucha gente de una Costa Rica idónea e ideal, que tristemente ya no es.

De muchas maneras, considero que la visión, tanto de muchas personas como de Estado, ha sido hasta cierto punto insular, hacia adentro, con una muy subjetiva valoración de lo que hay aquí. Es esta una insularidad arriesgada, la que ha llevado a una percepción de superioridad competitiva que no solo es desacertada, sino infundada. El país se ha colocado en una zona de confort que va resultando muy peligrosa. Es momento de sacudirse y darle reiniciar con bríos.

Mas allá de las decisiones estratégicas globales de las empresas, están las realidades por las cuales se quedan aquí o se van para allá. En esto hay que enfocarse, no en perpetuar aquello de que “no hay mejor lugar para operar que en Costa Rica” como repite incesantemente mucha gente que quiere tapar el sol con un dedo. La superioridad mal entendida de Costa Rica como el lugar ideal para instalar una empresa se ha ido erosionando de manera constante desde hace años. Lo que en su momento fue una novedad ha dejado de serlo. Países tan cerca como Panamá y tan lejos como los asiáticos están en proceso de igualar y superar la oferta de Costa Rica, a través de diferentes estrategias, una de ellos siendo la liberación y facilitación de trámites. Sobra decir, que la infraestructura, ese tremendo talón de Aquiles de Costa Rica, en el que casi cualquier otro país es superior, ya no es una ventaja, sino un mandatorio. En educación, en un momento Costa Rica era única, lamentablemente hay muchos vacíos en ese ámbito, pasando por la formación técnica y llegando a la universitaria.

La innovación no es un momento, es un proceso que nunca para. Eso es igual para una empresa que para un país. Para ello, conceptualmente, el modelo es muy sencillo: empieza de afuera hacia adentro. Con ello quiero decir, que empieza por ver que se necesita allá afuera y también que se ofrece allá afuera, evaluando de manera realista de que manera hay otros que satisfacen esas necesidades. Solo así, se puede mantener un proceso competitivo realista y constante, ajustando siempre el valor agregado que se ofrece. Costa Rica se ha quedado corta, considero que ni ha ponderado acertadamente la competencia afuera ni tampoco ha extremado las medidas para la ejecución de lo ya iniciado. Quisiera pensar que este momento de crisis, llevará no solo a reflexión, sino a acción. Es una magnífica oportunidad para el nuevo gobierno.

Hay que salir a hablar con todas y cada una de las empresas que han traído sus operaciones a este país y dan empleos de calidad a miles de personas. Es menester ESCUCHAR, si, con mayúsculas, ponderar cuales son sus inquietudes y necesidades y proceder a hacer un operativo importante de retención. Primero hay que evitar un posible éxodo y después hay que empezar a buscar mas empresas. La operación de retención es un imperativo para el Estado y las organizaciones que tienen influencia y acceso. De nada sirve tener una puerta giratoria, en la que unos entran y otros salen, porque el resultado neto será negativo.

Como empleados y proveedores, en vez de caer en pánico, hay que hacer una reflexión sobre las areas de oportunidad en actitud y actuación. Es momento de hacer grupos de reflexión y de mejora. Mas allá de la pericia técnica o funcional, de cuya actualización frecuentemente se encargan las empresas, creo que también muchos han caído en la zona de confort y en la muy mal llamada malicia indígena, término que a mi no me gusta para nada. Creo que la manera de llamarlo es indolencia e irresponsabilidad.

Lo que trajo a Costa Rica hasta aquí, ni la va a mantener ni la va a impulsar a llegar hasta allá…. ¿A que me refiero? Costa Rica sigue en el mismo carril de la autopista, a la misma velocidad, mientras el mundo ya cambió de marcha y va a una velocidad impresionante, dejándola atrás. Tal vez empezó de primera, pero como va a una pobre velocidad, la han ido dejando atrás los que empezaron después. A manera de metáfora, el mundo se cambió a una "autobahn" con muchos carriles, en la que la velocidad es altísima y en Costa Rica muchos siguen pensando que la ruta 27 es toda una autopista de calibre internacional.

No es el fin del mundo lo sucedido, pero si es una alerta importante y quien no lo entienda, en mi opinión muy personal está ciego. El tan cacareado Essential Costa Rica tiene que tener sustancia y sustento.