Llevarse bien con el stress

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El stress es parte de la vida de todos, en mayor o menor grado. En este post me referiré al stress ocasional, no al crónico que frecuentemente viene acompañado de otras sintomatologías. Es un tema que he abordado reiteradamente, porque es algo que cada vez mas, se torna dominante. Me parte el corazón cuando se habla del stress en los niños.

El stress se genera ante la impotencia, percibida o real, de solucionar algo. Pero la verdad es que, muchas veces, el stress tiene que ver mas que todo con la actitud que se tiene ante los eventos. A veces, el stress proviene de no diferenciar claramente lo que podemos activar o afectar y lo que está fuera de nuestras manos. Si hay algo que podamos hacer, toca moverse y resolver. Si hay algo que no podemos controlar, toca dejarlo libre y simplemente observarlo. Recuerdo cuando vivía en el Caribe y venían los avisos de huracán. Lo que uno podía hacer era tomar previsiones con las ventanas y puertas de vidrio, abastecerse de alimentos, guardar los vehículos, estar en casa varias horas antes de que llegar el huracán y poco mas. La intensidad del mismo y sus efectos sobre nuestras pertenencias eran absolutamente incontrolables y no tocaba mas que esperar y prever como resolver si había daños a nuestra propiedad. Lo demás estaba 100% fuera de nuestras manos. Daba susto, eso sí, pero era menos, si uno se había preparado en la medida de lo posible y tomaba conciencia de ello.

Lo mas paralizante es estresarse por el estrés. Ahí si, que no hay como salvarse de una espiral destructiva. Se vuelve muy complicado. A mi me preocupa mucho cuando veo gente que piensa que la efectividad depende de preocuparse por el problema. Los observo y es tan clara la espiral de inefectividad: el problema se vuelve tan central, que las soluciones se escapan por el lado. Esto es igualmente aplicable para temas laborales que para temas personales. El agobio de la preocupación nubla la vista y la razón.

Por otro lado, está mas que comprobado, que es en las situaciones difíciles que se templa el carácter y se logra un mayor aprendizaje. Si vemos hacia atrás, es ahí donde hemos logrado sacar a relucir lo mejor o lo peor de la capacidad analítica y de la capacidad de reacción. En gran medida, ello depende de la relación que tengamos con el stress y con lo inesperado.

La próxima vez que esté estresado ¿que tal si primero revisa cuanto está bajo su control? Toma las acciones que puede en cuanto sea posible. No se entregue a preocuparse por el problema. Le invito que haga lo mismo con un colega o ser querido a quien vea demasiado estresado, hágale la misma pregunta.