Hay vacantes, pero hay muchos aspirantes (vea estos datos) y, además, el empleo está cambiando con esta crisis

Aumenta la demanda en áreas técnicas, pero también que aumenta la demanda de competencias tecnológicas en profesiones, oficios y ocupacines en áreas tradicionales

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Las empresas, con las que regularmente tenemos contacto, coinciden en que después de la emergencia (si es que se puede hablar de un “después”) mantendrán buena parte de las aplicaciones tecnológicas cuyo uso incorporaron o ampliaron desde mitad de marzo anterior.

Los emprendedores también hablan de una lección aprendida.

Es el caso de Sol de Mar, que dio el paso de redes sociales a un espacio en una marketplace y ya está pensando en una tienda en línea para comercializar desde los trajes de baño que ya diseñaba, producía y comercializaba hasta las mascarillas para prevenir el COVID-19.

Veamos este otro caso.

Alfonso Chaves es el presidente del consejo de administración de Coopevictoria, que tiene unos 3.000 productores asociados activos de Orotina, San Ramón, San Carlos, Alajuela, Grecia.

La cooperativa, fundada en 1943 cuenta con beneficio de café, ingenio de azúcar de caña, almacén de suministro, estación de servicio, cementerio, planta de abono orgánico.

Tiene proyectos para elevar la calidad de sus productos y de nuevos negocios, incluyendo un supermercado y una funeraria.

La mayoría de los asociados son de edad. El 65% tiene más de 50 años y los hay con más de 80 años.

Hace unos años el comité de educación viene impulsando cursos de computación.

Parte de las mejoras es utilizar un sistema informático donde cada uno pueda revisar el registro de sus entregas, recomendaciones ante enfermedades de los cultivos y realizar compra de insumos en línea.

Algunos aprovecharon, pero a otros les cuesta dominar el teléfono.

“El cambio no es fácil”, dice.

Con la crisis (nuestro estribillo, casi que el lugar común que tenemos desde marzo y que suena a necedad) cayeron las ventas.

La estación de servicio que tiene Coopevictoria apenas vendía una cuarta parte de lo usual.

El tour por las fincas, el ingenio y unas fuentes de agua se detuvo en seco.

Todo quedó paralizado, excepto el cuido de los cultivos.

El consejo de administración, los gerentes y los comités tenían que reunirse de emergencia, pero con las medidas de distanciamiento para no contagiarse era imposible.

Y, entonces: ¿cómo se hace?

Hubo una solución, ya se imaginan ustedes: reuniones virtuales.

Si su uso fue una novedad para muchas empresas, también lo fue para ellos, que lograron atender así algunas urgencias.

La apertura de la cafetería quedó para dentro de varios meses, igual que el supermercado.

“Lo primero que preguntamos fue ‘qué era virtual’”, cuenta don Alfonso. “No sabíamos nada. Nos metimos a algo que no conocíamos”.

Empezaron a ver tecnologías y se decidieron por Microsoft Team.

La primera reunión virtual fue un acontecimiento. La primera en una cooperativa con 76 años.

Ahí estaban los siete directores del consejo de administración, el gerente, el auditor, la secretaria de actas.

Recibieron a los comités y a las gerencias (industrial, agrícola, financiera y de ventas), para que dieran sus informes.

Los rotan para que alcance la sesión, pero participan de 12 a 15 personas en cada una.

“Al inicio estaba un poco asustado. Ya nos habían hablado y nos habían dicho qué podíamos hacer y que no se podía”.

Algunos se conectan con un celular y otros desde la computadora, más de uno con el dispositivo que tienen en la casa y que usaban sus hijos.

No se quedaron ahí.

Aparte de esas reuniones también empezaron a utilizar la plataforma en reuniones de trabajo a las que usualmente tienen que asistir.

Antes de la pandemia, normalmente cada una de las reuniones implicaba que deben dejar sus labores de campo, pasar a sus casas a vestirse y viajar hasta la Cooperativa.

Se duraba toda una tarde.

Ahora es distinto.

“Si estoy en la finca, tomo el celular, ubico dónde hay la mejor señal y me conecto debajo de un palo”.

Un día se sentó a la par de un río para participar en una reunión.

En esta reuniones coordina tareas, ven el avance de la zafra, el manejo de la caña.

“Ya todos nos vamos acostumbrando”, asegura.

También se incorporaron las videollamadas para reuniones de la junta directiva de la Liga de la Caña, en la que participan directores que viven fuera del Valle Central y para los que cada sesión implica de uno a dos días fuera de sus empresas y de sus casas.

Don Alfonso dice que la meta como presidente de Coopevictoria es que, una vez que volvamos a la normalidad, una sesión sea presencial y la otra virtual y que las sesiones de trabajo sean virtuales.

La experiencia quita el miedo, el recelo o la desconfianza a las nuevas tecnologías.

No dude que en Coopevictora seguirán avanzando con los otros proyectos y que se apoyarán en diferentes plataformas.

Hay muchos más ejemplos de empresas acelarando su transformación digital de cara al futuro.

Este tipo de situaciones provocará no solo un incremento de la demanda de empleos tecnológicos, para ayudar a las empresas a implementar las tecnologías.

También demandará que los colaboradores de distintas profesiones, oficios y ocupaciones tengan, aparte de una abierta actitud hacia el cambio y otras habilidades blandas, las competencias técnicas necesarias.

Probablemente el dueño de un restaurante no le entre a conocer mucho sobre aplicaciones y redes sociales para promover su negocio.

Pero necesitará un administrador, un asistente o un colaborador con conocimientos en mercadeo digital.

Una encuesta de la firma Talent Advisors para Elempleo.com muestra que los sectores de tecnologías y servicios ofrecen los salarios más altos y los mayores aumentos.

Por supuesto, la competencia es dura por todo lado.

Las empresas se quejan que deben batallar para atraer talento, lo que podría explicar esos incrementos.

Por cada oferta, hay 162 candidatos ofreciendo sus currículum, de acuerdo a los datos al 30 de abril de Elempleo.com, del Grupo Nación y al que también pertenece EF.

En los empleos de mayor demanda, la cantidad de aspirantes por cada vacante llega hasta los 258.

La cantidad de aspirantes es superior al promedio general cuando se pide administración de empresas, bachillerato de educación diversificada, contabilidad, ingeniería industrial, banca y finanzas, contaduría, mercadeo, recursos humanos y economía.

Sucede lo contrario en ingeniería de sistemas, informática y computación, ingeniería eléctrica y electromecánica y en otras ingenierías.

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Veámoslo por áreas: en tecnología o sistemas el promedio de candidatos es apenas de 52.

En áreas “típicas” hay de 151 a 283 postulantes por vacante.

Otras áreas no incluidas en esta muestra (como guía turístico, visitador médico, detective, decorador, documentalista, agrónomo, contratista, instructor, psicólogo, arquitecto, entre otras muchas) tienen un panorama difícil.

En psicología, por ejemplo, entre el 1 de agosto del 2019 y el 30 de abril pasado hubo solamente 20 vacantes y se presentaron 4.500 aplicaciones.

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La reconversión profesional debe estar ya en el mapa de ruta de todas estas personas.

La Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) lanzó una plataforma el 22 de abril en el que se ofrecían 950 vacantes de unas 20 empresas multinacionales.

En un mes la cantidad de puestos disponibles aumentó a 1.500.

Todo excelente.

¿Saben cuántas aplicaciones nos reportó Cinde la semana pasada?

Más de 100.000. No son usuarios únicos, por supuesto, porque una persona podía aplicar en varias posiciones.

Y es claro que probablemente aplicó gente que se quedó sin empleo en otras actividades, como turismo y comercio, a ver qué suerte se tenía.

¿Es imposible, entonces, obtener un puesto?

La respuesta es: sí es posible, aunque el proceso pueda ser menos rápido de lo esperado.

Los expertos recomiendan: aplique en donde cumple requerimientos; anote y destaque las competencias que coinciden con los requisitos; y, en caso contrario y de tener que cambiar de profesión, oficio u ocupación: empiece ya.

El aislamiento que implican las medidas ante la crisis mundial del COVID-19 es una oportunidad para reentrenarse a través de plataformas virtuales.

Opciones hay, como cursos en línea, los hay de costo y sin costo.

Estén atentos a los anuncios que se van haciendo.

Vean estos que llegaron la semana anterior:

La academia TechGround de la Universidad Creativa, por ejemplo, anunció un programa de becas que permite acceder a cursos y certificaciones en áreas tecnológicas, estructurados para propiciar la empleabilidad en el mercado actual.

Son 30 becas que cubren el 100% de dos cuatrimestres para primer ingreso o estudiantes afectados por la crisis (beca de 30%).

El concurso de becas ya está abierto y se extenderá hasta el 20 de mayo del 2020.

El próximo jueves 21 de mayo se impartirá un curso en línea gratuito para empresas sobre cómo iniciar su proceso de digitalización, los pasos a seguir y métodos que aseguran el éxito.

El curso será impartido por Trilce Jirón Garro, fundadora de la agencia de Mercadeo Interdepartamental TBS Marketing, en alianza con la plataforma de venta en línea Oliba Pay.

Quienes participen podrán conocer sobre estadísticas, gráficos para venta en línea, portales de diseño gráfico gratis (como Canva), los tamaños requeridos para las fotos y formatos PNG.

También sobre videos para stories mediante Mojo y cómo debe ser la atención a los clientes mediante plataformas digitales.

La Universidad Cenfotec impartirá, en alianza con Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA), un programa técnico de Internet de las Cosas dirigido al agro.

El programa iniciará en setiembre.