Hacer ejercicio ‘patas arriba’

Inicié el año prometiendo compartirle opciones diferentes para ejercitarse, pensando fuera de la caja. Acá otro ejemplo: invertirse tiene beneficios propios, que van desde lo físico hasta lo psicológico y emocional

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“¿Y ahora?”, le pregunté. “Se suelta y se relaja”, dijo la instructora sin el menor atisbo de duda en su voz.

Estaba completamente invertida; mi cabeza estaba a escasos centímetros del suelo y los dedos gordos de mis pies apuntaban hacia el techo. Sentía cómo la hamaca me sostenía desde el sacro , como un brazo gigantesco que me abrazaba para impedir que me deslizara por su suave tela y no quería perderme de algo que los demás presentes parecían estar disfrutando muchísimo.

Así que me solté y me dejé llevar por esa sensación de estiramiento que resultaba tan nueva y relajante para mí.

“La cabeza es lo más pesado que tiene su cuerpo: los aplasta todo el día. Al estar invertidos, su peso jala las vértebras y hace que se libere espacio entre ellas y se relaje su espalda. Al salir van a haber crecido 1 cm ¡Se los garantizo”, afirmó Melania Fernández Porras, directora de Andamio Escuela de Movimiento e instructora certificada de AntiGravity® Yoga , la clase que estaba probando en ese momento.

Sabía que en estas clases se hacían inversiones, giros, trucos y poses en el aire pero no me esperaba que se hicieran desde el día uno, ¡justo a la bienvenida de la clase!

Sin embargo, sinceramente no lo pondría en ningún otro lugar pues hacer ese famoso monkey, la primera inversión que se realiza en cualquier disciplina de AntiGravity®. ¿Por qué? es lo que le permite a los asistentes que van por primera vez a clases vencer ese temor y esa ansiedad que surge al saber que en algún momento se enfrentará a algo desconocido para su cuerpo y su mente; y a los que ya han ido antes, les permite disfrutar de lo que han esperado todo el día y una de las principales razones por las que siguen yendo a clase: descompresionar la columna vertebral.

De hecho, según el cirujano ortopédico Michael Wildstein, cuando las inversiones de yoga se hacen correctamente, son capaces de mermar el dolor de espalda e incluso, a veces, el dolor ciático.

Pasada la primera inversión, realizamos estiramientos similares a los que se hacen en otras clases de yoga y pilates, como el gato, la vaca, el perro mirando hacia abajo y otra serie de animales que permiten estirar los músculos, lubricar las articulaciones de una forma dinámica y continua y mejorar la conciencia corporal.

“Ahora, todos frente a la hamaca y brazos por detrás, en backwrap. Abro los brazos; me toco el pecho; me peino; hago brazos de mesero y le doy una vuelta más: ¡listo el doble wrist wrap!”.

De repente, siguiendo esas instrucciones claras y precisas, mis antebrazos se vieron envueltos en la Harrison AntiGravity® Hammock, empacados y listos para la acción.

“¿Todos saben dónde está su pecho? ¡Excelente! Porque ahí quiero que lleven las rodillas. Así”. Acto seguido, pegó un brinco, jalando la hamaca hasta llevar sus codos a las costillas y sus rodillas hacia el pecho.

En el gimnasio eso se llama pull up y hasta ese día, nunca había logrado hacer uno completo. Un ejercicio así requiere fuerza de espalda y de bíceps para subir el tronco y de abdomen para subir las piernas; sin dejar de lado la de los trapecios para mantener el cuello largo y que no se lastimen las cervicales.

Melania hacía que se viera tan sencillo y elegante. ¿Sería mi cuerpo capaz de lograrlo?

¡Sí pude! En realidad, todos pudimos, hasta la señora cercana a la tercera edad y lejana de lo que se consideraría su peso saludable.

“Todas las clases AntiGravity® se realizan siguiendo una serie de progresiones, agarres, wraps y traps que le permiten a cualquiera seguir las instrucciones y realizar el ejercicio dando su 100%, de una forma segura, divertida y eficaz”, me garantizó al finalizar la clase.

Durante la sesión hicimos otras inversiones, poses aéreas, vuelos y volteretas en el aire, como también hicimos planchas y otros ejercicios de suspensión que me parecían más familiares a lo que había conocido y practicado en gimnasios.

AntiGravity® fusiona danza, gimnasia, pilates, yoga, artes aéreas. Fue creada por el acróbata Cristopher Harrison en los noventas y, desde entonces, ha venido enriqueciendo la técnica con diferentes disciplinas capaces de hacernos más altos, más felices y más saludables en cada clase, aseguran en el sitio web de la empresa , radicada en Nueva York.

En una sola sesión, se trabajan diferentes aptitudes físicas, entre las que destacan la fuerza, la coordinación, el balance y la flexibilidad, con el trabajo sinérgico que hacen diferentes músculos de las extremidades y, sobre todo, del core.

Además las inversiones que se realizan durante la clase aportan sus propios beneficios, que van desde la descompresión vertebral hasta un mejor funcionamiento de los sistemas cardiovascular, endocrino, digestivo y linfático, producto del flujo sanguíneo renovado que circula por el cuerpo después de la inversión. ¿Por qué? El especialista en anatomía David Coulter explica en un artículo de Yoga Journal que, al estar “patas arriba”, el líquido en el cuerpo inferior drena mejor a las venas y vasos linfáticos, ayudando a despejar la congestión en todas las partes de su cuerpo.

“(En esa posición), mejora la circulación y la sangre llega rápidamente al corazón, lo que puede ayudar a que su cuerpo se deshaga de los desechos de manera más eficiente y mejorar el flujo de nutrientes a las células de trabajo”, señala el fisiólogo Pat Layton. Además, durante las inversiones, sangre que suele estar concentrada en la parte más baja de los pulmones debido a la gravedad, se redistribuye a los pulmones superiores, lo cual puede mejorar la salud del tejido pulmonar.

Sin embargo, para mí la cereza del pastel de este tipo de clases es un beneficio más valioso e intangible: la satisfacción personal que produce descubrirse capaz de realizar movimientos, trucos, poses y giros que uno instintivamente cree imposibles de lograr desde antes de intentarlo.

Salir de la clase y decir “sí, yo hice eso… Sí, eso mismo que está en esa foto del anuncio. Eso lo hice yo” es el beneficio más valioso que me deja AntiGravity® después de cada clase.

OTROS LUGARES PARA SUSPENDERSE DE LA RUTINA

Lugares donde se pueden hacer ejercicios en el aire son:

  • Ananda yoga
  • Andamio Escuela de Movimiento
  • AntiGravity® West by Andamio
  • Arena Trek
  • Brahma Yoga
  • Danzaire
  • Fit Yogis
  • Krama Yoga
  • World Gym