La depreciación como resultado de la pérdida de competitividad

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Costa Rica ha venido experimentando una depreciación de la moneda local respecto al dólar de los Estados Unidos de América. La depreciación acumulada es de 4.51% en lo que va del año y de un 7.87% interanual.

En economía se interpreta la depreciación (o devaluación) como un síntoma de pérdida de competitividad.

El Banco Central de Costa Rica (BCCR) dice que la depreciación del tipo de cambio de las últimas semanas obedece a un aumento en la demanda del US Dólar. Sin embargo, esa respuesta es una tautología. Es como decir que la inflación la causa el aumento del precio de las papas. Si hay inflación, es porque los bienes están subiendo de precio. La pregunta correcta es, ¿por qué hay un aumento de las papas y no una caída de su precio? De igual manera, en relación a la depreciación del colón, la pregunta correcta sería, ¿por qué el exceso de demanda sobre oferta de dólares y no al revés?

Quizá la pregunta más importante es, ¿se está comportando el tipo de cambio según las fuerzas del mercado o la depreciación que estamos experimentando es un acto deliberado del BCCR para beneficiar a grupos de presión, en particular a los exportadores?

El precio del dólar depende, al igual que el precio de cualquier otro bien, de la oferta y la demanda. El mercado global de la divisa se ve afectado por las exportaciones, las importaciones, los movimientos de capitales, la inversión extranjera directa, movimientos de las remesas, pagos de la deuda pública y endeudamiento por parte del gobierno en dólares. En este sentido, las variaciones de las Reservas Monetarias Internacionales (RMI) netas del BCCR es un buen indicador del mercado del dólar porque engloba todos los elementos mencionados.

Por tanto, si las RMI caen es porque la demanda global de dólares es mayor a la oferta global y reflejaría que el mercado está presionando a una depreciación. Del gráfico se desprende que el mercado está pujando a la depreciación desde abril del 2013. Dicha presión no se había reflejado en una depreciación porque fue contenida, de manera artificial, durante algunos años debido al endeudamiento externo en que incurrió el gobierno de Costa Rica por US$4,000 mil millones que se dio del 2012 al 2015. Cabe preguntarse; ¿endeudamiento con qué fin? ¿Dónde está la obra pública? ¿Dónde está la reducción del déficit? Es evidente que todo ese dinero se destinó a engrosar el gasto público de manera improductiva e injusta: pluses salariales, pensiones con cargo al presupuesto, privilegios, etc.

Otro indicador para determinar si hay presión del mercado para variar el tipo de cambio es observar las operaciones netas de estabilización que realiza el BCCR. Si el BCCR está vendiendo dólares es porque existe una presión del mercado a la depreciación. Para los años 2015 y 2016, el BCCR realizó operaciones netas de estabilización que significaron ventas por US$139 millones y US$303,3 millones respectivamente. Lo que va del 2017, esas ventas suman US$328.2 millones. No hay duda de que existe una presión real, cada vez mayor, del mercado a la depreciación.

Reitero que en la ciencia económica se interpreta la depreciación como un reflejo de pérdida de competitividad. Esto significa que Costa Rica experimenta un incremento significativo en los costos de producción. Lo anterior no es de extrañar y es la consecuencia obvia y directa de las políticas de este Gobierno: mayor gasto público (estrujamiento), restricción al ingreso de capitales con el aumento de encajes, proteccionismo, registro de accionistas, negativa al rompimiento del monopolio de Recope y del monopsonio de la generación eléctrica del ICE, del colapso de la infraestructura vial, del monopolio en la educación y de regulación excesiva en todos los mercados, incluyendo el sistema financiero cuya consecuencia es que tenemos una de las más altas tasas de interés real de América Latina en moneda local para el crédito.

En el 2014 se fue Intel de Costa Rica argumentado los altos costos de operación que tiene Costa Rica cuya denuncia la venía haciendo desde el 2011. A la fecha, no solo no se han tomado las medidas para corregir la situación, sino que este Gobierno las ha agravado.

Existen principios básicos en la ciencia económica cuyo conocimiento debe ser parte de la cultura popular. Uno de ellos es que el gasto del Gobierno no puede seguir creciendo y creciendo sin que eventualmente explote en crisis, desempleo y caos. El crecimiento del gasto público y el aumento de los impuestos no estimula, sino que estruja, disminuye y, en el peor de los casos, ahuyenta la inversión privada. La gente no desea invertir ni trabajar para que venga el Gobierno y se lleve el fruto del esfuerzo para alimentar a la burocracia. ¿Por qué cuesta tanto entender esto tan simple?

Aún estamos a tiempo para cambiar el rumbo y de mejorar nuestra competitividad. Solo así podremos llegar a ser parte del primer mundo.