A veces el café sabe a política

"Políticos de aquellos que hacían la carpintería fina, ya no quedan", afirma uno de los contertulios

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Un hombre, alto, con barriga de cerveza, limpiando unos anteojos que no termina de limpiar: pañuelo, vaho, otra vez pañuelo y vaho, nuevamente pañueloyvaho... Otro hombre, versión tica de García Márquez, tomándose un café que no termina de beber: ¿cuántos sorbos rinde una taza?

Ambos conversando de política el miércoles pasado en el Café del Teatro Nacional, en una mesa ubicada en una esquina del local, al lado de una ventana por donde se cuelan ecos de ocarinas, vendedores ambulantes y pi tos y motores de la avenida segunda.

Unas cuantas oraciones, apenas para darse una idea de la tertulia...

--Políticos de aquellos que hacían la carpintería fina, ya no quedan. Ahora lo que hay son un montón de chambones que no saben usar ni el serrucho ni el martillo --dice el hombre que no termina de limpiar los anteojos.

(...)

--Hay gente que anda diciendo que Liberación Nacional está muerto, pero ¡qué va! Yo no soy perico, pero ese partido está vivito y coleando. Es el partido con la base más grande y mejor organizada --manifiesta el hombre que no termina de beberse el café.

(...)

--¿Vos sabés que no hace falta estar en la Presidencia o en el Congreso para ejercer el poder-poder, lo que se llama poder? Vea los Arias...--reflexiona el hombre de los anteojos inmaculados.

(...)

--Yo lo que no sabía es que el Frente Amplio pertenece al PAC --comenta el Gabo tico, víctima del realismo mágico.

(...)

--Mirá, blanco y negro, nada es. Todo está lleno de matices. La verdad cada vez se maquilla más; como aquella canción: "Ahí viene la coloreada..." --opina el hombre del vaho y el pañuelo.

(...)

--¿Te acordás que hace muchos años a los presidentes los escogían a dedo tomando whisky en el Club Unión? Ahora parece que los escogen en Chelles comiéndose un chifrijo --termina de hablar y le echa un vistazo a la taza.

(...)

--Ese cuentico de que acepto el puesto por el bien de la Patria, ¡no se lo cree nadie! A menos de que haya cambiado la definición de Patria --afirma el de la barriga cervecera.

Y mientras tanto yo en la mesa de al lado, con los anteojos sucios y una jarra llena de café...