A casi cinco horas de viaje en tren desde Londres se encuentra un pueblito con poco más de 3.000 habitantes que imagino como el paraíso de las personas adictas a la verborrea: Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch.
No es una broma, así se llama este rincón de Gales que tiene el nombre más largo de Europa. En total, 58 letras que se pronuncian así: Llan-vire-pooll-guin-gil-go-ger-uqueern-drob-ooll-llandus-ilio-gogo-goch. Como si fuera poco, una letra más para vocalizarlo.
¿Y qué significa? "Iglesia de Santa María en el hueco del avellano blanco cerca de un torbellino rápido y la iglesia de San Tisilio cerca de la gruta roja". Es decir, 110 letras para traducirlo.
Por eso mismo, el Edén de quienes no tienen sentido de la síntesis, la brevedad, lo conciso.
El nombre fue creado por los gobernantes del lugar allá por el año 1860. Hombres locuaces, sin duda alguna.
En fin, todas aquellas personas que nos atormentan con su déficit de síntesis, brevedad, concisión; esos personajes que sin duda se sienten a gusto con el nombre Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch.