Historias de sexo reales

En el tema de la sexualidad Costa Rica sigue despidiendo un cierto tufillo a Edad Media...

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Historia No. 1: El maestro de Biblia de aquella clase de adolescentes de una iglesia evangélica empezaba las lecciones de cada domingo recorriendo con la mirada las manos de sus alumnos. Silencio absoluto durante esa rutina.

Al cabo de unos minutos, aquel hombre hablaba: "¿Ustedes creen que pueden engañar a Dios y a este siervo? ¿No han entendido que el Señor me ilumina para discernir, con solo, verles las manos, cuáles de ustedes han cometido el pecado de masturbarse esta semana? ¿No les da vergüenza venir a la casa de Dios y tocar las Biblias e himnarios, y ofrendar con las manos sucias, impuras? Espero que el próximo domingo pueda ver manos más santificadas".

Historia No. 2: En la novela-crónica "El motel del voyeur" —basada en hechos reales—, del periodista y escritor estadounidense Gay Talese (1932), el protagonista, Gerald Foos (nombre verdadero), cuenta que cuando descubrió el recurso del autoplacer sexual comenzó a practicarlo, pero que le provocó un sentimiento de culpa tan grande que acudió al consejo moral de un sacerdote anciano y muy estricto.

"Para mi sorpresa dijo que no era ningún pecado. Dijo que probablemente todos los hombres y mujeres se masturbaban. No era liberal en sus creencias, pero se mostró comprensivo conmigo", expresa Foos.

Historia No.3: Un joven le pregunta al líder religioso de la iglesia a la que asiste ¿por qué es pecado masturbarse? Palabras más, palabras nenos, esta fue la respuesta: "Porque Jesús dijo que con solo mirar a una mujer y desearla ya se pecó contra ella en el corazón, y eso es lo que hacemos los hombres durante ese acto: imaginar que está en la cama con gemelas suecas".

Historia No.4: El sacerdote de una comunidad guanacasteca se disculpa por llegar tarde a una reunión de líderes comunales. "Me vi obligado a atender al joven que dirige la música pues lo estaba atormentando el hecho de que está teniendo relaciones sexuales con su novia, a pesar de que los dos saben que eso es un gran pecado", explicó. "Llegó a preguntarme si no tenían perdón de Dios y estaban condenados al Infierno. Le dije: Ay, papito, por favor, ¿usted no cree que Dios tiene asuntos más importantes en los cuales ocuparse como para estar pendiente de lo que usted y su novia hacen. Váyase tranquilo; eso sí, ¡cuídense para que no traigan al mundo un hijo indeseado!".

Historia No. 5: Me la contó una amiga. Mientras toda la familia cena el padre le dice a su esposa, sin levantar la mirada del plato: "Ahora que terminemos de comer te vas al cuarto y me esperás ahí". "Si señor", responde la madre, quien al cabo de unos minutos ingresa en la habitación, se pone una bata, apaga la luz y se acuesta boca arriba en la cama. Su esposo llega poco después, apenas se baja los pantalones, abre la bata y... no hace falta contar el resto. Luego sale del dormitorio y se sienta a leer el periódico en su sillón preferido. "Así fuimos naciendo todos los hijos", me dice mi amiga.

Historia No. 6: El pastor dice desde el púlpito: "Quiero que todos los adolescentes que están presentes escuchen con atención lo que voy a decirles: Masturbarse es pecado. Masturbarse es pecado. No lo practiquen". Luego del servicio religioso un feligrés le pregunta con base en cuál texto de la Biblia afirmó eso. Por supuesto, no hay una respuesta contundente, el pastor se va por las ramas".

Recordé estas seis historias reales después de leer el reportaje que publicó el periódico La Nación el domingo pasado: "Clases de sexualidad del MEP fracasan en las aulas".

El reportaje se basa en los estudios de la Clínica del Adolescente, del Hospital Nacional de Niños. "Las pruebas revelan que el 75% de los jóvenes entrevistados creen que el coitos interruptor es efectivo para prevenir el embarazo y el 67% no sabe cómo evitar enfermedades de transmisión sexual", dice la publicación.

A los padres de familia "se les para la peluca" si se les enseña a los jóvenes cómo usar un condón, manifestó una profesora de Ciencias de un liceo en Goicoechea.

De acuerdo con Alberto Morales, quien dirigió por más de dos décadas la Clínica del Adolescente, del Hospital Nacional de Niños —donde se realizan los estudios que evidencian el nivel de ignorancia de los muchachos en materia de sexualidad— el programa puesto en marcha por el Ministerio de Educación en el 2013 es de excelente calidad. Aún así, muchos padres no autorizan que sus hijos reciban la formación y el Ministerio de Educación Pública no mide el alcance ni el impacto del programa.

En el tema de la sexualidad (que debería ser visto, enseñado y conversado con toda naturalidad), Costa Rica sigue despidiendo un cierto tufillo a Edad Media.