Pregunta clave

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¿Cuál es la pregunta clave de la próxima campaña electoral en Costa Rica?

En mi opinión, no es el ¿Qué? Por la sencilla razón de que resulta muy fácil predecir la respuesta: una serie de programas de gobierno conformados por buenas intenciones, ideas interesantes, proyectos relevantes, tareas postergadas y una buena dosis de demagogia, ocurrencias y cartas al Niño.

Tampoco es el ¿Quién? No es que no sea interesante saber el nombre del próximo presidente de la República, pero está claro que el rumbo del país no depende de una sola persona. Además, el "menú" en este campo tiene —desde mi perspectiva— más de apetito electoral que de plato fuerte en visión y liderazgo.

Mucho menos el ¿Por qué? Después de todo, ya suenan a disco rayado los trillados discursos de "quiero retribuirle a este país algo de lo mucho que ha hecho por mí", "toda mi vida he tenido vocación de servicio" o "no puedo decirle que no al llamado de la Patria (o a la voz de Dios)".

El ¿Cuándo? y el ¿Dónde? La experiencia nos ha enseñado que en la política costarricense los tiempos y los escenarios son absolutamente volátiles e impredecibles; plazos y lugares cambian de la noche a la mañana por más que se hayan programado o garantizado. Así que ¿para qué desvelarse por estas incógnitas?

La pregunta clave del proceso electoral que se avecina es ¿Cómo?

¿Cómo financiar los proyectos, tareas. rezagos y desafíos en el contexto de un presupuesto de la República tan comprometido y ajustado con gastos como planilla, pago de intereses, salud, educación, seguridad y otros rubros que brindan poco margen de maniobra?

¿Cómo gobernar con una Asamblea Legislativa tan fraccionada y atomizada, y en donde el show, la ocurrencia y la torpeza parecen tener más protagonismo que la seriedad, la visión estratégica y el sentido de responsabilidad?

¿Cómo navegar en un mar institucional (Corte Suprema de Justicia, Defensoría de los Habitantes, Procuraduría General de la República, Contraloría General de República...) que a ratos espesan las aguas?

¿Cómo satisfacer las crecientes demandas de participación ciudadana?

Preguntas que demandan respuestas serias y concretas, no palabras ni poses prefabricadas, demagógicas o populistas.

Vamos a ver qué nos responden, qué tan serios y responsables son para armar estos complicados rompecabezas...