Un rompecabezas llamado Costa Rica

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Hemos perdido poco a poco la capacidad de armar juntos el país que soñamos y necesitamos.

Nos negamos a entender y aceptar que nadie —ningún partido político, poder del Estado, gremio o sector— tiene el monopolio de las piezas de este rompecabezas. Creemos, con soberbia o miopía, que con los pocos fragmentos que poseemos —sea cual sea el bando en que estemos— es más que suficiente para montar el panorama completo; como si una parte fuera el todo.

Se imponen ahora la mezquindad, el ego, los intereses particulares, el afán de aplastar a los otros actores, en lugar del espíritu de colaboración, negociación, del perder en esto y ganar en lo otro, honrar la palabra, privilegiar los intereses comunes que nos permitieron descifrar el puzzle del desarrollo en el pasado.

Paulatinamente la politiquería le gana el pulso a la política, la chabacanería al señorío, la pose a la acción, el miserable cálculo electoral a la amplia visión estratégica, la pequeñez a la altura, los gritos y las ofensas al diálogo y los acuerdos.

Se apagan las voces de los estadistas, los visionarios, los que piensan en grande, y sube el volumen de los gritos, ataques, apatías, descalificaciones, cinismos.

Y mientras tanto, en lugar de armar y construir juntos de manera civilizada y con inteligencia, vemos cómo poco a poco se desarma el país. Sí, se descompone, desarticula, desune. desmonta, despieza, desmantela.

Todo porque "no aporto mis piezas si no juegan como yo quiero", "escondo mis fragmentos si planean armar una imagen que no me gusta", "no cuenten con mis trozos de cartón para que otro se luzca", "me conviene que esto se desbarate para cosechar votos en los próximos comicios", "¿quieren mis aportes? ¡Tienen un precio alto!", y así por el estilo...

¿Cómo recuperar la capacidad de armar juntos? ¿Cómo poner de nuevo sobre la mesa todas las piezas? ¿Cómo soñar de nuevo con un rompecabezas completo en lugar de pequeños, diminutos, puzzles? ¿Cómo construir en lugar de desmantelar?

Lo confieso: no tengo la respuesta, pero urge recuperar esa capacidad de armar juntos. ¿Qué podemos hacer con ánimo de aportar y no de señalar, ofender o desunir aún más?

¿Qué hacer en beneficio de este rompecabezas llamado Costa Rica?