Verdades "absolutas"

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No termina uno nunca de sorprenderse con las verdades "absolutas" que de cuando en cuando afloran en nuestro país, sea en un discurso, una entrevista, una lección, una homilía, algún artículo de opinión, en las redes sociales...

Con un comentario de este tipo me topé, desafortunadamente, el miércoles pasado, pocas horas después del terremoto en Nicoya.

Ocurrió en Facebook. Allí una persona comentó que se sentía sorprendida por el hecho de que terremotos de menor magnitud al más reciente en nuestro país —ocurridos en otras ocasiones en China, Pakistán, India, Turquía e Irán— arrojaban un saldo de miles de muertos que contrastaba radicalmente con lo ocurrido aquí.

Casi de inmediato alguien comentó, palabras más, palabras menos, que eso se debía al hecho de que en esos otros países creen en otros dioses, mientras que los costarricenses tenemos al que es y será el único Dios verdadero por los siglos de los siglos, "le guste a quien le guste".

Sobra detallar la indignación que me produjo un comentario con tal nivel de arrogancia, intolerancia, soberbia y altivez religiosa. Fanatismo y fundamentalismo son dos palabras que resumen, en mi opinión, una actitud como esa.

Esta situación me hizo recordar otras frases y oraciones tipo verdad "absoluta" de las que los ticos hemos sido testigos en materia de modelo de desarrollo económico, reforma del Estado, política cotidiana y política electoral, seguridad alimentaria, tributos, educación sexual, fecundación in vitro, aborto, corrupción, administración de justicia, derechos de los homosexuales, conflictos diplomáticos con Nicaragua, etcétera.

Sin duda, en Costa Rica contamos con material de sobra para elaborar una antología de verdades "absolutas", certezas "incuestionables", posiciones "infalibles", ideas "santa palabra".

Bien nos haría a todos un poco más de apertura, sensatez y humildad ante otras visiones, distintas perspectivas, enfoques opuestos a los nuestros; en fin, no creernos los dueños de las "unicas" verdades.