¡La vida sí tiene precio!

Porque el riesgo está en la calle todos los días es que se dice por ahí que: “cualquier día es malo para morir”.

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Una pregunta típica de aula universitaria para someter a discusión es: ¿La vida tiene precio? Sorprendentemente es un asunto dividido, sea por un tema de sentimentalismo, espiritualidad o realidad económica.

Desde el punto de vista que lo planteo, la VIDA SÍ TIENE PRECIO; no en vano el ser humano es una “existencia económica amenazada” decía el doctrinario alemán Alfredo Manes para definir técnicamente el seguro.

Las estadísticas nacionales son referencia. De acuerdo a las estadísticas realizadas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) para el Estado de la Nación en el 2011:

  • El 69% de la población costarricense está entre el ámbito de los 15 años y 64 años de edad (3.192.845 habitantes).
  • El 67% de la población entre los 15 años y 69 años de edad son personas económicamente activas. (2.152.926 de habitantes, de los cuales 101.766 son personas entre 60 y 69 años).
  • 4,1 es el número anual de fallecimientos en todas las edades por cada mil habitantes, esto como tasa bruta de mortalidad en Costa Rica. Hubo 18.801 defunciones en el año.
  • 3,5 es el número de personas (dependientes) que viven en un hogar, sin tomar en cuenta al servicio doméstico o pensionista con respecto al jefe o jefa del hogar.

Involucro esto en la discusión porque llevan a la necesidad de reflexionar sobre todo aquel costarricense que es proveedor económico en su hogar (ambos cónyuges, solo uno, o bien, los hijos que también aportan) y que ante su fallecimiento o imposibilidad de continuar generando ingresos, el núcleo familiar resulta afectado al tener que lidiar con el presupuesto ordinario de gastos.

¿Es usted proveedor económico en su familia?

Sea hijo, padre o madre, si usted contribuye económicamente en el hogar, debe considerarse responsable por el mantenimiento de esa economía, esté o no presente.

Esto se logra con un instrumento económico capaz de revertir la incertidumbre que genera la interrogante ¿Qué pasa con mi familia si fallezco?, este instrumento se llama SEGURO DE VIDA.

Porque el riesgo está en la calle todos los días, es que se dice por ahí que: “cualquier día es malo para morir”.

Seguro de vida

Según lo describe nuestra Ley Reguladora del Contrato de Seguros, el seguro de vida es el que:

Dicho de otra manera: si la persona fallece, la compañía de seguros pagará por esta persona todas las deudas y mantendrá la economía familiar hacia futuro.

Estudio latinoamericano. Se realizó un estudio específicamente en Argentina, Brasil, Colombia, México, Perú, Puerto Rico y Venezuela respecto a la diferencia entre la cobertura de seguro requerida y la cobertura disponible para mantener los niveles de vida de los dependientes en caso de fallecimiento del principal sostén familiar ; esto se tradujo en una brecha de USD$60.628 en 2012 para el trabajador medio con familiares dependientes.

El estudio establece expresamente que: “Las compañías aseguradoras de vida deben continuar profundizando su comprensión de los consumidores, y actuar proactivamente para ayudarlos a incorpo­rar el seguro de vida a sus vidas y presupuestos”:

¿Cómo calcular cuánto vale su vida?

No es complicado:

  • El valor de su vida puede variar en el tiempo pero calcule su nivel de exposición económica y el número de personas que dependen de su ingreso.
  • Determine cuál es y ha sido su presupuesto familiar a lo largo del tiempo, desde lo más básico : deudas, alimentos, alquiler de vivienda, ropa; hasta lo menos básico : viajes al extranjero al año, salidas sociales, paseos a la playa.
  • Determine cuál es el proyecto de vida hacia futuro respecto al destino de sus dependientes: estudios primarios, medios, superiores, postgrados.

Proyectar ese presupuesto. Con estos factores, el presupuesto económico deberá ser anualizado, multiplicado y proyectado su valor por los años que usted está destinado a cubrir su exposición al riesgo de fallecimiento, por ejemplo: “hasta que mi hijo menor salga del colegio, o bien de la universidad, o bien, de la maestría”. Esa suma total dará como resultado el monto asegurado de su seguro de vida.

Mercado con alternativas. El mercado presenta una gran cantidad de alternativas para distintas necesidades, siempre pensando en el fin último y es despreocupar al núcleo familiar de cualquier deuda o falta de ingresos en ausencia del principal proveedor:

  • Seguros de vida individual temporal: Se escoge un período determinado de tiempo sobre el que se desea estar cubierto.
  • Seguro de vida individual vitalicio: Es un seguro que generalmente se proyecta indefinidamente sobre la base de las tablas de mortalidad, quizá hasta años superiores a los 90 años.
  • Seguros autoexpedibles de vida: Son generalmente temporales, con montos asegurados bajos y de fácil acceso porque su contratación no requiere de ningún tipo de complejidad técnica, pudiendo ser comercializado por cualquier tipo de persona jurídica: bancos, supermercados, gasolineras, supermercados, por dar algunos ejemplos.
  • Seguros Colectivos para empleados de empresas: El patrono otorga un beneficio laboral con la cobertura de un seguro de vida.
  • Seguro de hombre clave: Para que una empresa no se vea afectado por el fallecimiento del hombre clave sobre el que invirtió una gran cantidad de dinero en capacitación y experiencia y que ante su ausencia, su sustitución en un período corto de tiempo resultaría difícil y de alto costo.
  • Seguros de vida para cubrir saldos de deudas: Tomados generalmente por las Entidades Financieras por cuenta de sus deudores.

Si bien la vida no tiene precio -sentimentalmente hablando-, ante la ausencia física de la persona que tiene un seguro de vida, permanecerá vigente no solo su lindo recuerdo sino también ese ingreso económico durante muchos años más que, en ausencia del principal proveedor, permitirá sacar adelante a la familia con alimentación y estudios.

Todos deberíamos tener un seguro de vida como parte de nuestro presupuesto familiar, ajustado a la necesidad económica. ¿Cuál será esa brecha en nuestro país?