¿Estamos ante el nacimiento del FAC?

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La luz tenue del set de Canal 9 se prestaba para el acercamiento. Las declaraciones de interés y admiración mutua habían matizado la noche. Los puntos de coincidencia eran muchos. Solo faltaba el pronunciamiento formal y ese vino al final de la hora: "Le aseguro que yo estoy tranquilo, don José María, porque he visto su programa y porque conozco a su partido" , le dijo el candidato del PAC al del Frente Amplio, indicando así que en una segunda ronda una unión entre los dos partidos era altamente factible.

El coqueteo ideológico entre Luis Guillermo Solís y José María Villalta en el debate presidencial de Canal 9 espantó a muchos simpatizantes del primero. Las redes sociales hirvieron. Algunos militantes del PAC salieron a defender a su candidato: "no se trató de una adhesión ni mucho menos, simplemente Luis Guillermo es un caballero y estaba siendo cortés y educado". Sin embargo dicha cortesía y educación no alcanzó para los otros dos candidatos que lideran las encuestas, Araya y Guevara, a quienes sin empachos Luis Guillermo Solís trató de "las verdaderas amenazas para Costa Rica".

¿Se trató de simple cortesía o de un momento de inadvertida franqueza de don Luis Guillermo Solís? ¿Estamos ante la inminente concepción del FAC? Al día siguiente, el candidato del PAC salió a aclarar que ve al FA como un adversario al que pretende derrotar. Eso medio calmó los nervios de muchos de sus seguidores. Pero la contundencia de la declaración de Solís sobre la "tranquilidad" que le generaban las propuestas de José María Villalta quedó en el aire. ¿En verdad no lo intranquilizan los planteamientos de controles de precios, expropiaciones de tierras, revisiones de los TLCs, revertir procesos de apertura, eliminar el tope de cesantía, poner límites a la propiedad de medios de comunicación, las amplias muestras de admiración al gobierno venezolano y un largo etcétera?

Para nadie es un secreto que el PAC y el Frente Amplio comparten un amplio espectro propositivo en temas ambientales, comerciales, fiscales y de visión de Estado. Ambas agrupaciones estuvieron en conversaciones para una coalición "progresista" que nunca fructificó. Ambos partidos compartieron trincheras en la lucha contra el TLC. Ambas divisas ven con recelo la iniciativa privada en muchos campos, prefieren los monopolios estatales a la competencia y creen en ese espantajo nacionalista que es la "soberanía alimentaria". Ambos candidatos equiparan la apertura en los mercados eléctrico y de hidrocarburos con "privatización".

Y la mayor prueba del parentesco ideológico de ambos candidatos lo podemos ver en un tema que es crucial para el desarrollo económico del país: la concesión de un puerto privado en Moín. Recordemos que los de Costa Rica se encuentran entre los peores puertos de América Latina. A un exportador nacional de frutas le resulta más barato enviar sus contenedores por Panamá que hacerlo por Limón. Los privilegios leoninos de la convención colectiva del sindicato de Japdeva y el gansterismo de Rolando Blear y Cía. destacan dentro de las mayores afrentas al público costarricense.

Se sabe que el Frente Amplio, en contubernio con el sindicato de Japdeva, se opone radicalmente a la concesión para construir un puerto privado en Moín por parte de APM Terminals. Por su parte, el domingo, Luis Guillermo Solís mostró reservas sobre dicha concesión, las cuales no clarificó. Dice estar a favor de la competencia "en igualdad de condiciones" entre un puerto público y uno privado, pero con respecto al contrato ya firmado con APM Terminals dice querer "revisarlo". En un intercambio que tuvimos esta mañana por Twitter, Solís vagamente habla de querer "mejorar" el contrato (sin especificar en qué) y fortalecer Japdeva. Suena mucho a la posición de su copartidario Ottón Solís cuando decía que estaba a favor de un TLC con EEUU, pero no ese que había sido negociado. Cuando se le mostraban ejemplos de otros TLC, Ottón estaba igualmente en contra de todos. ¿Será simplemente que don Luis Guillermo se opone por razones ideológicas a la operación de un muelle privado y busca encontrarle la comba al palo al contrato que ya se firmó con APM Terminals?

Don Luis Guillermo Solís dice, con toda razón, que con Costa Rica no se juega. Las propuestas del Frente Amplio son empobrecedoras como lo ha demostrado la evidencia empírica nacional e internacional en repetidas ocasiones. De llevarse a cabo las nacionalizaciones, controles de precios, rompimiento de topes de cesantía, impuestos confiscatorios y demás bellezas frenteamplistas, la inversión huiría del país, el desempleo aumentaría y las finanzas públicas colapsarían como ocurrió en 1980. Además, los planteamientos de José María Villalta de promover las consultas populares y comunales amenazan socavar nuestra institucionalidad republicana. Si los coqueteos de Solís con Villalta son producto de meros cálculos electorales, resultan sumamente irresponsables. ¡Con Costa Rica no se juega! Si dicho flirteo fue genuino y en realidad Solís comparte ampliamente la agenda del Frente Amplio, que sea honesto y nos lo diga sin tapujos.