Felicidades, don Luis Guillermo, ahora a comprarse broncas

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No podía terminar de otra forma: la campaña política más atípica en la historia moderna de Costa Rica terminó con el resultado más apabullante en los libros. Don Luis Guillermo Solís, quien en junio ganara la convención interna del PAC por tan solo 117 votos, se convirtió ayer en el primer presidente electo en recibir más de un millón de votos, triplicando el apoyo de su rival, Johnny Araya. La contundencia de su victoria ha sorprendido a propios y extraños.

Don Luis Guillermo cuenta así con un poderoso mandato electoral como el 47° presidente de la República, algo que en su momento pareció estar en peligro. Y sin duda lo necesitará. Solís llega a Zapote con un país a la deriva y una fracción legislativa minoritaria donde una figura (tos* Ottón Solís *tos) parece obsesionada con enturbiar la primera presidencia del partido que fundó. Si alguien tiene las calidades humanas para enfrentar esta tarea titánica es don Luis Guillermo, y el apoyo abrumador que recibió ayer demuestra que los costarricenses de casi todos los partidos confían en él.

Lamentablemente los retos que enfrenta Costa Rica requieren que esta luna de miel que disfrutará don Luis Guilllermo en los próximos días desaparezca pronto. Apenas esta semana se confirmará el rumor que ha venido circulando de que Intel trasladará fuera del país sus operaciones de producción de chips y semiconductores. De un solo plumazo, Costa Rica perderá aproximadamente 1500 empleos directos y un 20% de sus exportaciones. El impacto económico será de tal magnitud que el país pasará de ser una nación de renta media alta a uno de renta media baja de la noche a la mañana.

Pero, sin duda, el mayor golpe será a la imagen de Costa Rica como un país abierto a la inversión extranjera de alta tecnología. Las razones detrás de la inminente decisión de Intel son sencillas: una empresa mundial que enfrenta circunstancias difíciles de mercado encontró que ya no le era rentable producir en el país. Los costos y las circunstancias internas se volvieron desfavorables por lo que optó irse a otra parte. Esos factores son los que debe atender y prestar cuidado don Luis Guillermo. Si no lo hace, más empresas continuarán cerrando operaciones y despidiendo gente (Intel no ha sido la única en los últimos meses).

Tan solo en el 2010, Intel contempló realizar una inversión importante en el país que terminó cancelando debido al paquete de impuestos que impulsó la administración Chinchilla —con la coadyuvancia del PAC— que pretendía cobrarle impuestos adicionales a las empresas en zonas francas (tributos que, vale aclarar, el mismo Ministerio de Hacienda estimaba que no iban a generarle mayores ingresos). El aumento significativo en el precio de la electricidad sería otro elemento detrás de la salida de Intel. Este también ha sido esgrimido por otras compañías que han recortado operaciones en el país en los últimos meses.

Ambos factores ponen sobre el tapete temas donde don Luis Guillermo necesitará dejar de lado la "Ruta de la Alegría" y comprarse broncas, algunas de ellas muy serias: ¿cómo solucionar el déficit fiscal del 6% del PIB estimado para este año vía recortes de gasto? ¿Pondrá orden en el tema de las remuneraciones del sector público que son el principal responsable de que las erogaciones estén creciendo a un ritmo tres veces superior al de los ingresos? ¿Cómo hará para abaratar el precio de la electricidad sin apertura del mercado una vez que Solís ya se declaró "iceísta"? ¿Y qué hay de esa gran decisión país para la cual no obtuvimos respuesta en la campaña de si entramos o no en la Alianza del Pacífico?

Las grandes decisiones de política pública que atañen al próximo presidente requerirán de decisiones difíciles que implican enfrentarse sí o sí a ciertos sectores y grupos de interés. Estoy consciente de que, por el perfil ideológico de don Luis Guillermo y el equipo que lo rodea, es muy probable que muchas de sus decisiones se decanten por más intervencionismo estatal en la economía. Ni modo. Es lo que los costarricenses decidieron esta vez. La lucha por que Costa Rica sea un país con una economía abierta, competitiva, dinámica y libre parte porque los costarricenses quieran eso. Por el momento, los liberales no hemos logrado convencer a la gente de que ese es el derrotero que el país debe seguir. La lucha continúa...

Ahora, no queda otra que enviarles muchas felicidades a los amigos del PAC y a don Luis Guillermo Solís en particular por su histórica victoria de anoche. Además, les deseo muchos éxitos y sabiduría para que hagan un buen Gobierno en los próximos cuatro años. Costa Rica ganará si hacen un buen trabajo.