Todos nosotros sentimos natural admiración por las personas con alguna discapacidad que logran sus metas. Hemos sido testigos de atletas extraordinarios que en las Olimpiadas Especiales dan toda su energía y logran en cada una de sus actividades, superarse a sí mismos. Y bajo esa misma óptica a veces cuestionamos a las personas que sin ninguna limitación en sus capacidades, se quejan de que las cosas van mal, o que no logran sus propósitos. ¿Qué tienen los primeros que no tienen los segundos? ¿Por qué con mucha frecuencia nuestros atletas especiales logran mejores resultados? ¿Es su fortaleza interior, el estar permanentemente tratando de superarse a sí mismos?
Hace unos días vi uno de los famosos videos de TED.com (https://www.youtube.com/watch?v=r9LCwI5iErE) y en el, Benjamin Zander (director de orquesta) me ayuda a dar respuesta a mis inquietudes: muestra la importancia de inspirar. Así como el señala que el director de orquesta no emite sonido alguno pero es capaz de hacer poderosos a otros y es en ellos en los que su obra se hace visible; ¿es posible que otras personas reciban el regalo de identificar su valor? Quizás muchos de ustedes tuvieron la fortuna de tener en la escuela, el colegio o la universidad, o en su caminar por la vida, a una persona que supo motivarlos, despertar en ustedes una pasión (por las ciencias, las artes, la empresa, etc.), y gracias a ella hoy son personas productivas en sus campos de trabajo (muy probablemente asociados a esa pasión). Lamentablemente quizás también muchos de ustedes tuvieron malas experiencias educativas que tuvieron un impacto negativo en su selección profesional; de hecho, muchos de mis estudiantes me han señalado que no estudiaron una carrera de ciencias porque tuvieron una mala experiencia en la matemática o las ciencias en general en la formación básica, y ello los llevó a elegir una carrera humanística. Quedémonos sin embargo con la primera parte.
Durante las últimas semanas he tenido la oportunidad de conocer a un grupo de talentosos chicos de un Colegio Técnico profundamente interesados en desarrollar su potencial emprendedor. Todos ellos han tenido (o lo siguen haciendo) que superar grandes obstáculos para llegar adonde se encuentran actualmente, por lo que el mérito de su trabajo, esfuerzo y dedicación es sin duda de ellos (y en algunos casos también de su familia).
Pero lo que me gustaría rescatar de la experiencia es la dirección de la orquesta: sus maestras y director. Lo que estas personas me han mostrado es que la verdadera labor del docente es descubrir el potencial que existe en cada una de las personas y motivarlos para que logren sus metas.