El mercadito: Feria de Plaza Tempo

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Nota: Les pido una disculpa por mi desaparición del blog, pero un acontecimiento familiar lamentable me tuvo fuera del país por varios días y luego sin mucho ánimo para escribir. Muchas gracias por su comprensión.

En estos días estuvo en Plaza Tempo de Escazú el Mercadito, iniciativa que busca promover los productos desarrollados por empresarias en diferentes sectores. Además del ambiente que se crea alrededor de estas iniciativas, la diversidad de productos y el buen clima ayudaron a que la iniciativa se realizara en un bonito entorno navideño.

Tres cosas me llamaron la atención del mercadito y muestran muchos de los caracteres de los empresarios latinoamericanos:

(i) diversidad de productos: como siempre la gran creatividad de nuestra gente se muestra en este tipo de actividades. Aunque el énfasis de este mercadito se concentró en bisutería, también pudimos encontrar verdaderas “joyas” en artesanía de Talavera mexicana y obras de arte religioso traídas desde Georgia (entre Rusia y Turquía), mermeladas chilenas y ticas artesanales, artísticos sombreros, etc. Aunque claramente no todo era producción local, la presencia de otros productos muestra también una característica del empresariado del sector comercio que busca la novedad y la diversificación.

(ii) diversidad de actitudes hacia el negocio: como en todas las ferias, el ambiente era bastante distendido. Sin embargo el objetivo de la feria es el de presentar los productos y venderlos. A pesar de ello, mucha gente hablando por teléfono, conversando, leyendo, y solo algunos atendiendo. Los productos no se venden solos, necesitan de alguien que los impulse, es importante mantener una actitud atenta y proactiva hacia el negocio. Si no, ¿para que estamos ahí?

(iii) diversidad de tratos: aunque todas las personas a las que me acerque para indagar sobre sus productos y empresas fueron amables, solo algunas hablaban de sus negocios con la pasión del emprendedor y orientación al cliente. No solo describían el producto, sino que hablaban de su historia, de cómo llegaron a ello, que están haciendo y su visión del futuro en el negocio (y todo en 3 minutos!!). Incluso quienes no eran los dueños del negocio sino parte del equipo (por cierto, en estas actividades siempre debería estar el /la dueño/a del negocio), tenían una actitud orientada hacia el cliente e interesadas en aprender de la interacción y lo que ven a su alrededor.

Sin duda las ferias son una estupenda iniciativa para visibilizar productos que solo se conocen entre amigas/os o en espacios más cerrados. Podría decir que una feria es como la invitación a una gran fiesta. Pero como me vaya en la fiesta no depende solo de estar invitado, sino de la pasión que le ponga a mi participación en la fiesta para pasarla bien. Y eso, en el mundo de los negocios se llama proactividad y orientación al cliente. Si tenemos la convicción empresarial seguramente podremos llegar a nuestros clientes y mostrar las bondades de nuestros productos. Pero si vamos a conversar, podemos hacerlo en otros lados ¿no?