¿Es posible mejorar el aprendizaje del empresario? El papel de las escuelas de negocios

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Hace unos días leía un documento sobre la calidad docente, llamado PROFESORES EXCELENTES, Cómo mejorar el aprendizaje en América Latina y el Caribe, que es una publicación reciente del Banco Mundial (http://www.bancomundial.org/content/dam/Worldbank/Highlights%20&%20Features/lac/LC5/Spanish-excellent-teachers-report.pdf), sobre el desempeño educativo de Latinoamérica, y una de las reflexiones de fondo era la siguiente: “lo que importa no son los años de escolarización que completan los estudiantes, sino lo que verdaderamente aprenden”, por lo que nuestros indicadores tradicionales asociados a los años de escolaridad promedio terminan teniendo poca relevancia en la medida que podemos tener 8 años promedio de educación, pero no los conocimientos asociados a esos 8 años. Y aunque el estudio se encuentra lleno de información relevante, la que me parece más pertinente de compartir con ustedes es que la calidad de los profesores impulsa el aprendizaje. Esto que puede parecer obvio se traduce en tres indicadores para reflexionar: Los alumnos que tienen profesores de bajo desempeño manejan un 50 % o menos del plan de estudios correspondiente al año escolar; los que tienen buenos profesores alcanzan -en promedio- los logros correspondientes al año escolar, pero los que tienen profesores excelentes avanzan 1,5 niveles o más.

Si bien el estudio se centra en la educación básica, el punto es el poder extrapolarlo a la educación empresarial, y de ella, a la necesidad de identificar a profesores / facilitadores excelentes. En esa línea, ¿qué significa un facilitador excelente en el contexto de una escuela de negocios? Recordemos –y ellos mismos lo reconocen- que estas escuelas más que empresarios, lo que forman son gerentes. A estas alturas parece claro que entre un empresario y un gerente existen diferencias. Una de ellas es la propiedad. La otra es la necesidad de trascender. Ambos son factores clave que se encuentran intrínsecamente unidos. ¿Cómo entonces enseñar a un propietario diferenciándolo de un gerente? ¿Si les enseñamos lo mismo, como lo internalizan en su desempeño posterior?

Mi impresión es que sólo estamos tratando de formar gerentes y ni siquiera intentamos dar el siguiente paso. Si sabemos que "estudiantes” (empresarios / gerentes) que pasan recurrentemente por profesores excelentes o de bajo desempeño, tienden a generar efectos potenciados, la formación empresarial como parte de una política pública de desarrollo empresarial tendría que estar liderada por un selecto grupo de formadores; no solo en cuanto a conocimientos y competencias, sino también en términos de valores y ética de negocios; ya que en nuestro caso no es solamente producir / comercializar con eficiencia, sino también fomentar valores y principios éticos en la función empresarial. De ahí la necesidad en estas escuelas de promover docentes más preocupados por los valores que por las publicaciones. De ahí la importancia de conocer quiénes son los profesores / facilitadores que interactúan con empresarios, que características tienen y cuáles son las practicas / valores que ellos podrían transmitir a empresarios y emprendedores.

Generar buenos empresarios es tan difícil como lograr buenos ciudadanos. Como en la educación básica, un alumno motivado es fundamental. Si bien es cierto que la auto-motivación es importante, la diferencia la hace la persona que nos guía, tanto en lo profesional como en lo humano.