¿Es que a caso los emprendedores pueden ser solo jóvenes?

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No cabe duda que el desarrollo emprendedor es algo que alguna gente trae en su ADN, mientras que otros lo logran desarrollar a lo largo de su vida. Sin embargo, vemos sobre todo en los países en desarrollo que existe un marcado énfasis en el desarrollo del emprendimiento joven. De alguna forma tiene sentido ese apoyo si vemos las condiciones del mercado laboral donde son los jóvenes (y en especial las mujeres jóvenes), quienes tienen menos oportunidades de emplearse (ellos representan la mayor proporción del desempleo y subempleo).

Sin embargo, nuevamente partimos del supuesto de que “todos podemos ser empresarios”, y creo que ahí se encuentra el problema. Pero obviando el supuesto, aún así ese tan marcado énfasis en el emprendimiento joven deja de lado mucha información pertinente que todos deben conocer.

La mayor parte de emprendedores exitosos en el mundo (desarrollado y en desarrollo), por lo general supera los 40 años. Muchos de ellos han tenido experiencias emprendedoras previas (algunas fallidas y otras no). En ese sentido, algo que es característico del grueso de los emprendedores –dinámicos o no- es que han tenido experiencia laboral previa. Y es que conocer el mercado laboral es fundamental para adquirir el conocimiento técnico y en algunos casos también la experiencia en gestión necesaria para implementar un negocio. Esa es la parte de la ecuación que no se promueve con el emprendimiento joven, la oportunidad de conocer el mercado laboral desde dentro, no como empresario, sino como trabajador.

He observado a lo largo del tiempo que la mayoría de programas de emprendimiento, incubadoras, aceleradoras, etc., se centran en los jóvenes, y por supuesto que es muy positivo; pero ese énfasis pierde –o más bien, deja de ganar- el conocimiento y la experiencia de personas que han recorrido un camino que les da una enorme posibilidad de desarrollo, y que muchas veces queda trunco por la falta de oportunidades. Apoyar a los emprendedores maduros es duda una apuesta más segura por el camino recorrido, el mayor conocimiento técnico y del mercado.

Otra vez, la experiencia de las personas maduras se busca aprovechar bajo la forma de “mentoría” para los emprendedores jóvenes, pero la evidencia, y ya no internacional o local, sino práctica y cotidiana señala que nadie aprende en cabeza ajena, es decir, hay que caerse para aprender lo que es un golpe, no hay forma de saberlo “teóricamente”. Estoy seguro que muchos de ustedes que superan los 30 o 40 años tienen ideas de negocios interesantes y experiencia que puede ayudarlos a que su proyecto de saltos de competitividad más rápidamente que en otros casos. Pensemos seriamente en ello.