Estamos desaprovechado una parte sustancial del stock de capital humano con el que contamos. Revisando la Primera Encuesta Nacional de Hogares Productores (Enhopro) 2014 observamos que ella señala algo muy interesante para las empresas y las personas con actividades empresariales: no están solos. Son 340 mil personas y crean 536 mil empleos (aproximadamente un 11% de la población). La Enhopro nos da claridad respecto de varias cosas: (i) el 63.2% de estas personas desarrolló su actividad independiente por necesidad, y (ii) el 75.4% de esta población se encuentra entre los 35 y los 64 años. Esto quiere decir que son personas que no han encontrado trabajo (seguramente por su edad, no necesariamente por falta de conocimientos), con cierta calificación laboral (en algo estuvieron ocupados hasta el momento en que decidieron emprender) y que la situación los lleva a desarrollar una actividad propia.
Sobre el perfil de estos emprendedores hay algunas cosas que decir. En primer lugar, dado que sus emprendimientos surgen por necesidad, ellos mismos son su única opción para generar recursos. Si eso es así, ¿usted cree que tienen espacio para fracasar? ¿Cree usted que no le pondrán el suficiente empeño a la tarea para sacarla adelante?
Aquí existe una mina de oro aun no explorada. Es gente con todo el deseo y la motivación, además de conocimientos. ¿Qué pueden necesitar? Asistencia y formación en herramientas y ello los llevará a la meta. Además es gente con experiencia que puede ayudar a nuevos empresarios a desarrollar sus propias actividades.
¿Si usted tuviera que apostar por un emprendedor con experiencia y uno sin experiencia, por quien votaría?