Otra gran oportunidad perdida para las pymes

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Para cualquier país del mundo, la organización de un Campeonato Mundial implica no solo un enorme esfuerzo humano y de logística, sino también una incomparable oportunidad de mostrar el país a todo el mundo, y por supuesto, de hacer buenos negocios con ello. Si además este es un Campeonato Mundial de Fútbol, el deporte rey, la palabra “Oportunidad” se escribe con mayúsculas. Porque no solo es una oportunidad de negocio, sino también de promover el país a nivel mundial (sus atractivos turísticos, valores, cultura y tradiciones), el deporte (en particular entre los jóvenes), etc. Y eso no significa solamente poner una publicidad en los medios internacionales, sino –y fundamentalmente- lo que se hace localmente.

Quienes alguna vez han tenido la oportunidad de viajar a un Mundial u Olimpiada, por lo general aprovechan para conocer el país, sus lugares turísticos más importantes, sus comidas, etc. Además, por supuesto, ven más de una actividad deportiva, toman fotos, videos, etc., para inmortalizar esos bellos recuerdos. ¿Y que mas hacen los turistas y los nacionales durante esos eventos? Exacto! compran souvernirs, sean para ellos o para regalar a familiares y amigos. Y ese es, el gran negocio de todas estas justas internacionales. Negocio en el cual participan muchas pymes. Esto porque todo quien viva o visite el país busca un recuerdo: la mascota, camiseta, gorra, o cuanta cosa se le ocurra al país (y sus empresas), hacer para promocionar su actividad internacional.

Durante el pasado mundial de Futbol femenino, tuve la oportunidad de asistir a un partido en el Estadio Nacional (ni inauguración, ni clausura, que por supuesto, eran los partidos que se esperaba estén llenos), y si acaso en esa ocasión habían 2 mil personas. Si queremos promover el deporte, ¿que problema había en darle entradas gratuitas o a mitad de precio a escuelas y colegios? Parece que no hubo interés en promover el Mundial porque había muy poca información disponible en los lugares donde debía haberla: las calles, hoteles, lugares turísticos, restaurantes, etc.

Y desde la perspectiva de negocio, pregunté a todo parroquiano desde antes de la inauguración donde se venderían los souvenirs y nadie sabía nada (ni siquiera si habrían o no). Pero agradable sorpresa, en el Estadio había un stand, sin embargo, no tenía casi nada (y era la tercera fecha!!!), solo camisetas para niños y uno que otro peluche. Y además cerró en el entretiempo y se fueron quienes atendían. Es decir, si no se me ocurría ir antes de que empiece el partido no hubiera visto siquiera lo que había. ¿Por qué no convocar a las pequeñas empresas meses antes y proponerles la confección de los diversos materiales? ¿Por qué no solicitarles que ellos generen propuestas y las presenten para evaluarlas (combinando el logo en artículos típicos del país, por ejemplo)? ¿Por qué no permitirles que ellos mismos pongan sus stands por toda la ciudad? ¿Cuántas empresas no hubieran tenido la oportunidad de desarrollar su creatividad o simplemente generar un volumen de producción importante que llene todos los almacenes del país? ¿O es que acaso a usted no le hubiera gustado tener un recuerdo del único campeonato mundial de futbol desarrollado en su país?

Planificar es la palabra ausente en este proceso, al menos para lo que hubiera sido la gran oportunidad de las pequeñas empresas de mostrar sus habilidades y generar negocios. Es muy frecuente que los empresarios se quejen de la falta de oportunidades, pero muchas veces las tenemos al frente y no las sabemos aprovechar. Y de otro lado, un mayor diálogo público – privado pudo haber aportado más para el mejor desarrollo de esta actividad. Este año Costa Rica tuvo una oportunidad dorada, y la dejó ir.