¿Qué hemos aprendido de los extranjeros? El legado emprendedor de los migrantes

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Por lo general la palabra migrante se asocia a las personas que por razones económicas, sociales, y hasta políticas salen de su país de origen en busca de un futuro mejor. A todos ellos los encontramos en todas las regiones del mundo en las actividades más variadas y lamentablemente tendemos a creer que su presencia no aporta a la economía y por el contrario, tiende a sobrecargar, los ya deteriorados servicios públicos. Pero son pocas las veces en que reflexionamos sobre cuál es el aporte de ellos a las economías.

Empecemos por los costos. Muchos de los migrantes (los llamados expatriados), llegan por una empresa con salarios por encima del promedio nacional, pagan todas las cargas sociales pero nunca usan los servicios de salud porque pueden costear servicios privados. Por supuesto hay otros muchos que usan los servicios públicos de salud sin pagar por ellos. En esa línea, sería bueno analizar si los sobrepagos de los primeros cubren los costos de los segundos, si el segundo grupo es el responsable del déficit de la CCSS, o si más bien si es la ineficiencia del sistema y su administración, o si ambas contribuyeron a esa situación.

Desde la perspectiva del empleo, muchos de los trabajos que los migrantes realizan (y aquí ya me refiero solo a los de bajos ingresos), son de salarios bajos en condiciones muchas veces inaceptables para los trabajadores nativos. En otras palabras, son empleos que los locales no desean realizar por los salarios vigentes, por lo que no podemos hablar de “competencia por empleo”. Hablamos de la agricultura, la construcción y el servicio doméstico a grandes rasgos. Solo en el caso de la agricultura me ha tocado analizar los procesos migratorios de los hijos de los agricultores a las ciudades en busca de un mejor porvenir por su negativa a “heredar la tierra” y quedarse en el campo reproduciendo un sistema que no tiende a mejorar generacionalmente su nivel de ingreso.

Veamos ahora lo más importante, ¿que traen estas personas migrantes como know how a la economía? Este es en lo personal, el componente central asociado al desarrollo emprendedor. Como mencioné al inicio, la inmensa mayoría migra por razones de índole económica. Por ello, fracasar en esta aventura en un país nuevo no es una opción. Y eso genera un impulso emprendedor superior que contribuye a superar todo tipo de obstáculos para lograr la meta. Además, cada uno de ellos trae un bagaje cultural y una “forma de hacer” diferente a la del país de destino.

En esa línea, sus (pequeños) negocios de cierta forma son innovadores respecto de lo que se da a nivel local, sea por las características del mismo, el producto o servicio que ofrecen, el sector en que se ubican, la atención al cliente o los servicios posventa, etc. En ello se ve lo diferenciado de la propuesta. Por ejemplo, la forma de hacer negocios de los colombianos, salvadoreños o venezolanos, sus características de atención al cliente son distintas a las locales. La forma de hacer las comidas de los italianos, mexicanos, peruanos o españoles. El servicio posventa de las empresas norteamericanas, etc. Todas ellas, más grandes o pequeñas, tienen un sello que lleva a los consumidores a mantener su fidelidad.

Lo bueno de ello, es que esto se aprende, y a las economías a las que ellos llegan transfieren ese know how a los productores locales, que ven en ello una fuente de ventaja competitiva. Solo pensemos en las empresas exitosas a nivel local (no trasnacionales), y veamos quienes están detrás de ellas; quienes son empresarios locales, quienes extranjeros que vinieron a quedarse y echar raíces, y por tanto, quienes son empresarios extranjeros de primera, segunda o tercera generación.

Lo importante es lo que podemos aprender de ellos y sus “formas de hacer” no solo para beneficio de nuestros negocios, sino de los consumidores y la economía en su conjunto. Solo hay que tener una actitud abierta y darnos cuenta de que podemos aprender de todos en cada momento de nuestras vidas.