¿Que pasa cuando usted quiere trabajar en equipo, pero su equipo no lo deja?

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Todo el mundo reconoce la importancia del trabajo en equipo, como una habilidad blanda importante en el mercado laboral (igual que la innovación, la comunicación efectiva, la resolución de problemas, la adaptabilidad, el liderazgo, etc.). De hecho, una de las competencias que señala la “Estrategia de Lisboa” de la Unión Europea -la cual se enfoca en garantizar una mayor pertinencia y flexibilidad de la mano de obra para las necesidades del s.XXI- tiene que ver con las competencias sociales (donde se inserta el trabajo en equipo), así como con el fomento del espíritu de empresa. No hay que argumentar demasiado para tener claridad sobre los beneficios del trabajo en equipo.

Las investigaciones sobre el tema apuntan a una mayor efectividad en los resultados cuando son varias las personas que se involucran en una tarea por encima de una sola. Sin embargo, y con conocimiento de esta información, en muchas empresas el trabajo en equipo no se promueve, se finge o peor aún, se promueve en la superficie pero se boicotea por debajo. ¿Las razones? Aunque para muchos una explicación podría ser la cultura del “serruchapisos” (que no deja avanzar), o del “iluminado” (que todo lo sabe), no es la idea caer en lugares comunes.

Un primer obstáculo al trabajo en equipo es la poca costumbre. Por ello al inicio cuesta adaptarse a una nueva lógica de trabajo, pero una vez establecida se convierte en un estándar de la empresa. Un segundo obstáculo puede ser el entorno, debido a que no permite ver el bosque, porque justamente se está rodeado de árboles. Así, el día a día absorbe el tiempo y hace permanecer las malas prácticas organizacionales. Un tercer elemento es la ausencia de liderazgo que no permite convertir el trabajo en equipo en una práctica cotidiana, haciendo que ello se diluya o bien se caiga en la lógica de la reunión (sin acción).

Debemos estar claros que la falta de trabajo en equipo no es solo responsabilidad de las personas que prefieren “trabajar solas”, de los equipos de trabajo que no lo practican (las argollas), sino también de los empresarios que no lo promueven, o bien que lo hacen “a su estilo”.

Incorporar el trabajo en equipo en las empresas implica el desarrollar los procesos necesarios para construir esa cultura, y parte de ello es empezar a desarrollar esas habilidades en las organizaciones. “Aprender a aprender” es probablemente una de las competencias centrales que debemos incorporar como personas, como empresarios y como parte de los equipos de trabajo. No lo sabemos todo, en nuestros equipos debemos hacer descansar muchas responsabilidades, ya que ellos no son solo operadores. Hay conocimiento y experiencia que debemos recoger y potenciar. Todos los días aprendemos algo nuevo y muchas veces de personas de las que quizas no lo esperamos.