Simplificación de trámites para la pyme, una propuesta

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Esta es una queja permanente de todas las personas interesadas en poner un negocio; es caro, es difícil, es cansado; nadie da la información completa. O peor aún, cuando tienes todos los requisitos, resulta que “faltó uno” (que nunca te dijeron). ¿Por qué tiene que ser difícil poner una empresa? La verdad es que no hay explicación aparente, porque lo importante para la economía es dejar que todos quienes quieran crear empresas (lícitas, por supuesto) puedan hacerlo. Lo anterior no quita que deba existir un monitoreo, cierta vigilancia de las empresas que evite que incumplan las leyes.

En esa línea, si hay algo que muestra la evidencia internacional respecto de las micro, pequeñas y medianas empresas (pero sobre todo en las micro y las pequeñas - mipes), es su vocación de cumplimiento. No hay investigación en el mundo que no señale, por ejemplo, el nivel de observancia de una mipe a un microcrédito, es decir, su respeto a la normativa.

Sin embargo, la lógica del Estado a la hora de definir los requisitos para poner un negocio, es que el empresario es un mentiroso o un tramposo, o que va a poner una transnacional; y por tanto, se le exigen tantos requisitos y en tantos lugares que solo su obstinación hace que pueda finalmente cumplir con ellos, o que cree su empresa al margen de la normativa vigente. ¿Para que torturar al emprendedor con algo que podría ser sencillo y útil?

¿Por qué no invertir la lógica actual de la creación de empresas? Esto significa, eliminar todos los requisitos y barreras a la creación y monitorear ex - post su cumplimiento en vez de contar con un sinfín de barreras y requisitos para crear una empresa y luego nunca monitorear su cumplimiento. En mi experiencia en la región he encontrado cientos de empresas de todo tamaño que sufrieron un sinnúmero de trámites para poner el negocio y luego nunca han sido visitados por ningún ente de control. ¡Y es que todos se encuentran en las oficinas públicas! La idea es que haya muy poca gente en las oficinas y más en las calles monitoreando que las empresas cumplan con lo que dicen hacer. Hay por supuesto tipos de negocios (los relacionados con la salud o la alimentación) que requieren de un especial –o más continuo- monitoreo. Pero ¿por qué hacerlo ex – ante y no ex – post?

La propuesta se basa en la confianza. Un trámite sencillo y único para poner la empresa (a manera de una declaración jurada en la que señala que es, donde estará y que características tendrá, entre otras cosas), la persona con ese trámite (y un pago que varía de acuerdo al tipo de negocio) inscribe su empresa y ello la da de alta. A partir de ese momento, esa empresa puede ser sujeta de una visita del ente público fiscalizador de cumplimiento (con base por ejemplo a un mecanismo aleatorio que define cuales empresas y cuantas serán visitadas en el mes). Si la empresa visitada no cumple con lo señalado en su declaración jurada, se la cierra por 6 meses o definitivamente (de acuerdo a la gravedad del incumplimiento – por ejemplo, de las 10 preguntas de la declaración incumple con más de 5 se cierra definitivamente). Así las personas sabrán que lo que se pone en la declaración es fundamental y no habrá espacio para la discrecionalidad del funcionario (6 o más, cierre definitivo; 5 o menos, cierre temporal).

Quienes ponen negocios son una clase especial de personas, que debemos alentar e impulsar. Lo que queremos son solo reglas claras y transparencia en su cumplimiento.