Tal como lo hemos comentado en artículos anteriores, existen dietas que impactan nuestro metabolismo de manera abrupta causando una pérdida de peso acelerada; no obstante, esto genera también una recuperación del peso perdido en muy corto tiempo; en donde si queremos liberarnos completamente de esas “libritas de más” requerimos un plan alimenticio con calorías muy por debajo de lo habitual.
Recientemente en el New York Times, se profundizó en este tema a partir del libro reconocido de la neurocientífica Sandra Aamod; quien estipula que: El “peso corporal” es una variable muy compleja en donde las colonias de bacterias que nos acompañan todos los días juegan un papel fundamental. Incluso algunos investigadores mantienen la premisa de que cambiar el tipo de bacteria que habita en el intestino podría ayudar a controlar la epidemia de obesidad en la que nos encontramos inmersos.
En nuestro intestino albergamos millones de bacterias que tienen como función primordial descomponer la comida que ingerimos para maximizar el uso de nutrientes y energía, retardando de esta manera el paso de los alimentos por el sistema digestivo. De acuerdo a estudios científicos, el número de bacterias intestinales es proporcional al número de energía obtenida en los alimentos y por ende a la disminución de peso.
Ahora bien, es indispensable conocer la variedad de bacterias que posee cada individuo, ya que los postulados aclaran que entre menos variada sea su colonia de bacterias mayor será la probabilidad de sufrir obesidad, hipertensión arterial, diabetes, enfermedad cardíaca, entre otros. De hecho, los investigadores podrían predecir su contextura corporal de manera más eficiente con el bioma bacterial que con el genoma humano.
Por otro lado, es importante destacar que no todas las bacterias contribuyen a la pérdida de peso, ya que altos niveles de bacterias productoras de toxinas en el intestino pueden causar resistencia a la insulina, lo que provoca que la persona no se sentirá llena fácilmente, sino que requerirá mayor cantidad de comida para sentirse satisfecha. Ejemplo de estas bacterias son las llamadas: “enterobacterias”.
Los antibióticos son otro punto a considerar, debido a que estos provocan disminuciones considerables en la diversidad de bacterias necesarias para nuestro organismo; provocando así el desarrollo de obesidad, problemas metabólicos, acumulación de grasa a nivel de abdomen e hígado, entre otros.
Estas premisas científicas contribuyen a nuestro trabajo como nutricionistas, no obstante, siempre debe estar consciente que la variable número uno del sobrepeso y obesidad es cuando usted consume más calorías de las que realmente su cuerpo requiere y gasta durante el día a día, y de esto el principal responsable es ¡Usted! A continuación le brindamos una serie de recomendaciones para que tenga una correcta salud intestinal en armonía con su flora bacteriana:
ü Siga una dieta equilibrada y balanceada, con un consumo importante de frutas y vegetales frescos.
ü Consuma alimentos ricos en fibra
ü Consuma alimentos con probióticos. Ej; yogurt.
ü Elija alimentos con contenido de prebióticos. Ej; Legumbres, papas, ajo, cebolla, puerros, trigo, avena, cebada y espárragos.
ü Ingiera la recomendación de líquidos brindada por su nutricionista.
ü Recuerde que su higiene en la manipulación de alimentos es indispensable.
ü No consuma alimentos que su preparación no sea confiable o supervisada.
ü Prefiera los alimentos orgánicos libres de agentes artificiales y contaminantes.
Los invito a visitar la página web: www.centrodenutricion.co.cr en donde podrá encontrar este y otros artículos relacionados con la pérdida de peso sostenible en el tiempo. Adicionalmente contamos con 3 Centros de Nutrición en donde podrá llevar en conjunto con nuestras nutricionistas planes de alimentación saludables para la obesidad y un sin fín de patologías.
Aamodt, S. (2016). Why Diets Make Us Fat: The unintended consequences of our obsession with weight loss. Hardcover.