¿Cuánto varía la alimentación de los niños durante vacaciones? ¿Cuáles dificultades alimentarias puede ocasionar esto?

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Durante las vacaciones de nuestros hijos los indicadores principales de cambio son: el sueño y la alimentación; factores indispensables que crean conductas difíciles de erradicar cuando llega la hora de volver a entrar a clases. El porcentaje de niños que crean un trastorno de alimentación grave durante las vacaciones es bajo, no obstante está relacionado que a menor edad mayores consecuencias al realizar cambios en su conducta alimentaria. Sin embargo, incluso los niños afectados ligeramente por padres que les brindan prácticas inadecuadas de alimentación en este período pueden experimentar consecuencias.

Los tres principales comportamientos alimentarios que se suscitan durante las vacaciones son:

  • Niños con apetito limitado: Muchas veces esto se da debido a que los niños prefieren actividades como dormir y jugar antes de comer. Son aquellos niños que según nuestra percepción “comen demasiado poco”.
  • Niños con admisión selectiva: Esto se refiere a aquellos niños que solo se inclinan a un tipo de comida especifica: alimentos altos en azúcar, alimentos calóricos, postres, comer solo afuera, etc.
  • Niños con mayor consumo de alimentos durante las vacaciones: Por lo general durante el período lectivo los niños cuentan con tiempos específicos para la alimentación, cosa que no pasa durante las vacaciones. Muchos padres de familia incluyen hasta 4 tiempos de alimentación más de lo habitual, lo cual se convierte en mayor energía que debe ser gastada.
A continuación las leyes que como padres no podemos dejar de lado durante este período de vacaciones:

  • El estilo de alimentación de los padres es un espejo a corto y mediano plazo de las dificultades alimentarias que presentaran los hijos: Un padre que pide pizza, tacos, y hamburguesas para ver los partidos y descansar; provoca un niño que se va alejando progresivamente de todos los vegetales y frutas que le brindan salud y adoptando las nuevas conductas.
  • Nunca castigue a sus hijos con comida o ejercicio: Es frecuente que los padres en su afán por obtener un buen comportamiento de sus niños pronuncien frases como “Si no se porta bien no lo llevamos a sus clases de futbol, ballet, etc”, o bien “Si se come todo puedes ir a jugar” “Si comes esto, te doy los confites de la fiesta de tu amiguito”. Estas frases provocan que el niño vea la comida como algo que le genera mucha ansiedad y frustración. Recuerde, no se trata de una lucha de poder sino en ofrecer una alimentación equilibrada.
  • Desarrolle un entorno positivo a la hora de suministrar los alimentos a sus hijos: La hora de comer debe ser agradable, en un ambiente limpio, tranquilo, sin distractores que roben la atención del niño y lo lleven al rechazo de los alimentos. Los gestos y comentarios que realicen los otros miembros de la familia sobre la comida son determinantes en el proceso de ingesta y nutrición.
  • Promueva una alimentación divertida: Use cortadores de vegetales de figuras, prepare con sus niños los alimentos con el fin de que la alimentación se convierta en algo divertido y no frustrante para ellos.

En el Centro de Nutrición Larisa Páez contamos con nutricionistas con mucha experiencia en el Manejo Nutricional de Niños y Adolescentes, respaldado por nuestras certificaciones tanto nacionales como internacionales. En la página: www.centrodenutricion.co.cr podrá encontrar más información.

Bibliografía:

  • Kerzner, B; Milano, K y MacLean, W. A practical approach to classifying and managing feeding difficulties. US National Library of Medicine National Institutes of Health. Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25560449