“Es que NECESITO algo dulce después de comer.”

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Sé que muchos se identifican con esta frase que escuchamos constantemente en la consulta y que definitivamente es una de los obstáculos que encontramos a la hora de seguir un plan alimenticio. Esa sensación de que el cuerpo pide cualquier cosa dulce después de una comida: una galleta, postre, barrita, helado, chocolate, confite, más chocolate… ¿Será que de verdad el cuerpo lo pide por una necesidad real o será algo más lo que hay detrás de ese antojo?

Estamos de acuerdo con que darse un gusto o comerse un postre de vez en cuando no representa un problema, más bien es parte de disfrutar la comida. Sin embargo si siempre se dejan llevar por esa petición de dulce del cuerpo, ese constante consumo puede contribuir a un aumento de peso, afectar su salud o frenar el avance de la pérdida de peso si es lo que está buscando.

Si se identifica con el tema de hoy, tome esto en cuenta: no diga que usted “ necesita algo dulce después de comer”, más bien usted “quiere algo dulce” o “tiene ganas”. Digo que no lo necesita porque no le pasará nada malo si evita ese dulce. ¿Por qué esto es importante? Bueno, el cambiar como hablamos, hace que se nos facilite cambiar nuestras conductas. Si decimos que “lo necesitamos” nuestro cerebro se lo empezará a creer y nos amarraremos más a ese hábito que deseamos cambiar.

Ahora la pregunta es ¿por qué me queda esa sensación de dulce después de comer? Veamos algunas razones que pueden variar de día a día y de persona a persona:

  1. Consumimos abundantes carbohidratos simples en la comida: esto hace que se nos genere un pico de azúcar y así como esta sube, bajará haciéndonos sentir que necesitamos energía nuevamente. Esto lo interpretamos como que nuestro cuerpo pide dulces. La recomendación que les doy es comer abundantes vegetales, y las porciones indicadas para usted con respecto a carbohidratos complejos y proteína. De esta manera ese azúcar aumentará más lentamente y evitaremos esta sensación.

  1. Se nos ha convertido en un hábito: ¿Qué quiere decir esto? Que tal vez llevamos muchos meses o hasta años comiendo algo dulce después de comer. Por lo tanto aunque hayamos hecho una comida balanceada, nuestro cerebro ya sabe que sigue el postre y lo pedirá.

  1. ¡Comemos muy rápido! Al no masticar lo suficiente o comer pegados al teléfono o la computadora, nos hará sentir que hizo falta al final de la comida. Si comemos con consciencia, lo disfrutamos y saboreamos lentamente nuestros alimentos, nos dará una mejor capacidad de percibir la sensación de saciedad.

  1. Ponga atención si los días estresado, cansado o tristes son días donde esto se dispara. Muchas veces la búsqueda del cuerpo de serotonina nos hará querer de estos alimentos.

Sea cual sea lo que nos causa esta sensación, veamos algunas recomendaciones para intentar disminuir esas comidas adicionales:

-Después de comer, haga una caminata pequeña, salga un rato de la oficina o busque otras actividades que le ayuden a distraerse. Unos minutos de distracción pueden ser suficientes para olvidarnos del postre.

-Lávese los dientes lo más rápido posible después de comer. Ese cambio de sabor en la boca hará que el dulce sea menos atractivo.

-Coma despacio, mastique y ponga los cubiertos en la mesa entre un bocado y otro. Aplíquelo también cuando de manera ocasional incluya los dulces, propóngase rendir su postre, saborearlo y comerlo muy despacio hará que controle mejor la porción.

-Cuando incluya el dulce busque opciones moderadas en azúcar o sin azúcar dependiendo de sus objetivos y condición de salud. Una fruta de postre, o un pedacito de chocolate oscuro, ¡o hasta un capuccino a veces es suficiente!

-No se olvide de escuchar su cuerpo, buscar si hay algo más allá del antojo y ponga en práctica las recomendaciones anteriores. Motívese a empezar a hacer cambios en sus hábitos

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