El enredo entre el déficit fiscal y la calificación de riesgo de Costa Rica

La sostenibilidad de las finanzas públicas cada vez está más cerca de afectar negativamente a nuestra economía

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Cuenta la leyenda, que es casi un mito ya, que años atrás los niños salían de sus casas, así como lo oye: ¡salían!, para jugar en las plazas de sus barrios o pueblos. Ellos se organizaban al mejor estilo del orden espontáneo para llevar a cabo sus juegos, dentro de los resultados de aquel tipo de organización se daban las famosas mejengas.

En las etapas tempranas de aquél aparente caos se presentaban jugadores que no sabían para qué lado iban, imagínense a un niño de 4, 5 o 7 años que defendía el lado que al que atacaba y atacaba al lado que defendía, ¡que ternurita! ¿verdad?, me acordé de mi alicaída Liga, volviendo a nuestro ejemplo, el punto es ¿para qué lado va ese niño?, eso nadie lo sabe.

En los últimos días es probable que usted se haya sentido así, ¡no sabe para dónde va la cosa!, producto de las noticias sobre la mejora del déficit fiscal que nos ha dado el Ministerio de Hacienda, y las que nos han dado las calificadoras de riesgo sobre el deterioro del riesgo soberano tico. Acá vamos a tratar de explicar por qué lado están metiendo los goles y quién va ganando la mejenga.

Para analizar este problema pensemos en una tina, sí, en esas que utilizamos para lavar ropa, nuestra tina tiene una particularidad, tiene un desagüe que puede abrirse o cerrarse dependiendo de la buena voluntad de quién administra la tina.

Ahora bien, nuestra tina en el 2007 estaba llena a un cuarto de su capacidad, a partir de ese momento el desagüe siguió abierto, sin embargo, abrieron más la llave que lleva agua a la tina, producto de esas decisiones, ósea, que sale menos agua de la que entra, la tina se ha venido llenando.

A las calificadoras de riesgo lo que les interesa es que la tina no se desborde, que el agua no inunde y destruya buena parte de la economía, por lo que califican las finanzas públicas de cada país entorno a las probabilidades, no posibilidades, de que ocurra un evento de este tipo.

Para los escépticos sobre los desbordamientos de la tina en Costa Rica, un aspecto que lamentablemente algunas personas han querido vender en medio de la discusión sobre pensiones, desde nuestra independencia Costa Rica ha experimentado en 9 ocasiones esa situación, "no es algo que no ocurra ñaticos", decía una querida profesora universitaria, a la que algunos le imitamos el sarcasmo.

En general, las calificadoras señalan que un gobierno tiene bajas, medias o altas probabilidades de caer en impago, de que se desborde la tina, o que ya está efectivamente en impago.

Nuestra situación fiscal según FITCH Ratings es especulativa, lo que indica que nuestro país exhibe una alta vulnerabilidad en sus finanzas públicas, particularmente si se presentan cambios adversos en las condiciones económicas.

En nuestro ejemplo de la tina esto quiere decir que si a alguien se le cae en la tina el cepillo de lavar ropa o una bolincha, esta se puede desbordar, ni que se diga si llega Nemo, ¡todos nos mojamos!

Y esto no es que FITCH nos tenga el ojo puesto, lo que ellos han hecho es básicamente adelantarse a otras calificadoras como Standard & Poor's y Moody's, las cuales tienen sus calificaciones una escala arriba (mejor), sin embargo, esas calificadoras señalan que la expectativa respecto a Costa Rica es negativa, o sea, que es probable que en la próxima revisión que realicen disminuyan la calificación que le tienen a nuestro país.

Ahora que tenemos -más o menos- claro qué es lo que les interesa a las calificadoras, podremos ver la diferencia respecto a las buenas noticias que nos da el gobierno sobre el déficit fiscal.

También en sencillo, lo que nos dice el Ministerio de Hacienda es que durante el año pasado ellos, los que administran cuanta agua le entra y le sale a la tina, solo agregaron 5 galones más, y no 6 como lo hicieron uno o dos años antes, o sea, la tina se sigue llenando.

Poniéndole números a este ejercicio, para que la tina se quedara igual que el año 2015, o sea, que el agua no siguiera subiendo, el Gobierno debió disminuir el déficit primario en ₡621,351 millones, sin embargo, la reducción de este déficit fue de apenas ₡110,146 millones, faltó recortar gastos por -₡511,204 millones, o sea, debieron casi que quintuplicar el esfuerzo que hicieron durante el 2016.

Mientras tanto, el agua sigue llenando la tina, no está de más ir aprendiendo a nadar y tener a mano unos flotadores.