Imagine esto: usted gana medalla de bronce en una competición olímpica y los videos, fotografías y audios que usted mismo se encargó de que fuera tomados están tan distorsionados que dicen que usted ocupó el último lugar, o incluso, que usted ni siquiera participó, y además de esto, usted no hace nada por mejorar esa información sobre su logro.
Algo muy similar ocurre actualmente con el Banco Central de Costa Rica y su histórico logró de devolvernos a niveles de inflación que no veíamos en más de 30 años.
La disminución que ha ocurrido en la inflación ha provocado que las tasas de interés que pagamos las familias y las empresas disminuyan a niveles muy competitivos, sin embargo, el Banco Central nos presenta una información completamente diferente.
El ejemplo más reciente es el que nos presenta la feria ExpoCasa, dónde nos informan que se podían observar tasas de interés en colones que iniciaban alrededor del 7.25%, tasas de interés que ya compiten con las tasas en dólares, sin embargo, si se revisa la información que publica el Banco Central en su página web sobre las tasas que ofrecen para vivienda los bancos estatales y privados, la fotografía que el ente emisor nos presenta es completamente diferente.
Críticas injustificadas
Por esta desinformación, se producen críticas injustificadas sobre la labor del Banco Central, dado que muchos analistas, algunos apresurados, otros despistados y unos pocos malintencionados, únicamente revisan las estadísticas del ente emisor para realizar su análisis, culparlos es difícil, cualquiera esperaría una publicación más fidedigna por parte del Central.
El problema con la información que publica el Banco Central radica en que las tasas de interés que presenta son tasas máximas, no tasas efectivas promedio o tasas marginales.
Es así como, si alguno de esos dos grupos de bancos presta por ejemplo al 8% en general y tiene un único préstamo colocado al 10%, porque la persona o empresa que lo pidió tiene un altísimo riesgo de impago, entonces el BCCR publicará que la tasa que cobra ese grupo es de 10% y no 8.01%, por mencionar alguna cifra.
Este problema de información ha provocado incluso que se presenten iniciativas de política monetaria, iniciativas que podrían tener una analogía con los golpes que se intentan dar a una piñata con los ojos vendados, o sea, se estarían proponiendo medidas sobre algo sin saber bien cuál es el verdadero estado de ese algo, las probabilidades de éxito esas iniciativas serían muy bajas.
Autosabotaje difícil de explicar
Lo curioso -¡o lamentable!- es que este problema de información se ha identificado desde hace mucho tiempo, y sin embargo, las acciones para corregirlo aún no se ven implementadas, o sea, el bronce olímpico se ensucia lo suficiente para convertirlo en un gol de chilena en una mejenga de barrio.
La principal labor de un Banco Central es buscar una inflación baja y positiva con el objetivo de mejorar el cálculo económico, esto además se traduce en una sociedad que tiene acceso al crédito de una manera más barata y sobre todo de carácter sostenible.
Pareciera ser que en Avenida Central y Uno, calle 2 y 4, la importancia de comunicar uno de los logros más importantes que puede alcanzar un Banco Central no se tiene clara.
Paradójicamente, en economía nos enseñan la importancia de asignar prioritariamente los recursos hacia las diferentes necesidades, ¿se podría inferir que en el área de Tecnología de la Información se necesita inculcar mejor, o con más vehemencia, el problema básico de la economía?