Pequeñas empresas y acceso al crédito

Los problemas de acceso al crédito ensanchan la desigualdad de oportunidades en nuestro país

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La micro y pequeñas empresas son claves para el crecimiento y desarrollo de un país, en Costa Rica por ejemplo, según cifras de la Encuesta Continua de Empleo del INEC, a marzo de 2016 empleaban a 4 de cada 10 personas (41%) con empleo formal, mientras que en setiembre de 2010 esta relación era 5 de cada 10 personas (49%).

Desde el punto de vista de empleo, en Costa Rica clasificamos como microempresa a aquellas que emplean a 5 o menos personas, como pequeñas empresas a aquellas que emplean de 6 a 29 personas, medianas las que emplean entre 30 y 99, mientras que las grandes son aquellas empresas que emplean a 100 o más personas.

La participación en la creación de empleo de las micro y pequeñas empresas ha disminuido sensiblemente en los últimos años.

Esto puede estar explicado por los difíciles momentos que atraviesa la economía mundial luego de la Gran Recesión, así como, a factores propios de nuestro país, tales como la inestabilidad macroeconómica que genera la situación fiscal, la pésima infraestructura de transportes con la que contamos, regulaciones laborales desactualizadas, y la dificultad del acceso al crédito, entre otros.

Búsqueda de proyectos rentables

En términos generales una empresa nace o se expande cuando hay expectativas de realizar ganancias a través de la venta, intermediación o producción de un bien o prestación de un servicio, por lo que es de esperar que más empresas empleen cuando las ganancias son consistentemente más altas, esto en comparación a periodos donde las expectativas de ganancias son más bajas, periodo que se asemeja al actual.

La inversión empresarial es clave para un país, ya que esta es la que se encarga de buscar y ejecutar los proyectos o negocios con altos niveles de rentabilidad esperada, esa inversión es la que finalmente se traduce en crecimiento económico, trayendo consigo empleo y bienestar a la población.

Para que la inversión empresarial se presente es necesario contar con los recursos necesarios para tal efecto, ahí es donde entra la eficiencia del sector financiero, donde juega esa capacidad de asignar ahorros internos y externos a los proyectos empresariales más rentables.

Los costos escondidos

Dentro de este proceso de asignación de recursos, un factor clave es la evaluación del riesgo de los proyectos de inversión. Las distorsiones que ejercen las garantías o avales artificiales, ya sean creados por leyes o por conexiones políticas, atentan contra esa necesaria evaluación del riesgo, lo que eventualmente trae consigo una mala asignación de recursos.

La vieja y esclarecedora falacia de la venta rota, escrita por Frederic Bastiat en su ensayo Lo que vemos y lo que no vemos, deja muy claro el tipo de problemas que generan estas distorsiones artificiales.

Bastiat indicaba que en no pocas ocasiones se llega a pensar que al romperse una ventana se inicia un proceso de estímulo productivo: el cristalero vende más, por lo que puede ir a comprar más pan, entonces el panadero compra más zapatos, y así sucesivamente.

El error en esa lógica económica es que se ignora el costo de oportunidad de la ventana, que por más compras en cascada que se presenten, siempre se está perdiendo una ventana, que la "destrucción no es beneficio", o sea, que los recursos destinados para comprar esa ventana que fue rota, se pudieron haber utilizado para cualquier otra cosa.

Esto mismo ocurre cuando se garantiza por ley o por conexión política los riesgos de un proyecto de inversión, cuando se destinan recursos a un proyecto que no se sostiene solo se está dejando por fuera uno que sí lo puede hacer. Esta misma lógica es aplicable a los proyectos que son subsidiados con tasas de interés más bajas que las que el mercado cobraría bajo una transparente evaluación de riesgos.

Lastimosamente, esta lógica ha sido la que ha imperado en nuestro país cuando nuestros políticos tratan de facilitar el acceso al crédito a nuestras micro, pequeñas y medianas empresas.

¿Es fácil obtener un préstamo bancario con solo un plan de negocio, sin garantía?

Según el Reporte de Competitividad Global cuando se hace esa pregunta en nuestro país quedamos en el lugar 117 de 140 países consultados. Estamos mejor, ¡eso sí!, que países como Jamaica (118), Zimbabue (133), Nigeria (135) o Myanmar (140).

Paradójicamente, nos ubicamos en el lugar 66 y 68, también de 140, respecto al costo y a la disponibilidad de los recursos, ¿esto nos quiere decir que hay plata, es barata, solo que no nos la prestan? Básicamente sí, si usted no tiene nada para poner como garantía, algo que significa una enorme barrera de entrada y contribuye a ensanchar la desigualdad de oportunidades en nuestro país.

Como país debemos ponernos una meta ambiciosa respecto a nuestra posición en cuanto acceso al crédito, se deben definir acciones específicas que permitan romper las restricciones que limitan la inversión, el crecimiento, la generación de empleo y el bienestar de nuestra sociedad.

Este 4 de julio en la Asamblea Legislativa se presentará una iniciativa ciudadana donde se insta a los ciudadanos a participar en una competencia de promoción de soluciones, donde uno de los ejes temáticos es precisamente este, el acceso al crédito, están todos invitados a postular sus soluciones.